Asia

Damasco

Asad saca los tanques a la calle

La onda represiva en Siria –que se ha cobrado alrededor de 350 muertos en casi dos meses de revuelta, según las cifras de organizaciones pro derechos humanos– vivió ayer un nuevo e inquietante capítulo. Siete tanques T-55 del Ejército, francotiradores y unos 5.000 soldados se desplegaron en la ciudad de Deraa (75.000 habitantes), donde nacieron las protestas.

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Al cierre de esta edición, los activistas de la oposición daban 25 muertos y decenas de heridos. Un testigo explicó a la agencia Reuters que vio cuerpos en una calle cerca de la mezquita más importante de la ciudad después del despliegue de varios blindados. 

Suhair al-Atassi, una activista siria, definió lo que está pasando de esta manera: «Esto es una guerra civil diseñada para aniquilar a los demócratas sirios. Las intenciones del presidente Bachar el Asad han estado claras desde que salió diciendo que estaba preparado para la guerra en su discurso del 30 de marzo. Estoy en mi casa del barrio de Dummar, en Damasco. Venid y arrestadme».

El temible aparato represor del Gobierno sirio no ha conseguido en esta ocasión desinflar las ansias de cambio de los ciudadanos, que siguen saliendo a la calle en diferentes localidades y ciudades del país. «El régimen sirio siempre ha recurrido al Ejército según la necesidad, y como la situación se está agravando, ha tenido que intervenir directamente», dijo a Efe en una entrevista telefónica el activista Ammar Qurabi. Según su relato, la intervención militar comenzó poco antes del amanecer con redadas casa por casa y un operativo militar para rodear Dummar y Deraa, los principales focos de resistencia contra el régimen de Bachar al Asad. La ciudad de Damasco, sin embargo, permanecía en calma, según un recorrido hecho por Efe por distintos barrios.

Un portavoz del Gobierno jordano informó que las fronteras con Siria han sido cerradas, un extremo que fue desmentido por el director general de Aduanas, Mustafa al Bikaila, citado por agencia oficial siria SANA. Las autoridades acusaron a Jordania de suministrar armas a los habitantes de Deraa cuando comenzaron las protestas hace casi dos meses. Siria está cerrada a cal y canto para los periodistas extranjeros y los informadores de los medios locales trabajan bajo una férrea censura. Las autoridades del país han acusado a la cadena de televisión catarí Al Yazira de contar mentiras y alentar la sedición.

La oposición teme especialmente la saña con la que se está empleando la unidad de élite del Ejército, liderada por Maher el Asad, el hermano pequeño del presidente. Los grupos de derechos civiles denuncian que no se puede conocer la cifra real de muertos porque en los hospitales hay cuerpos especiales de las fuerzas de seguridad que anotan la identidad de los heridos en una lista negra.

«Violencia deplorable»
Gran Bretaña, Francia, Alemania y Portugal pidieron ayer al Consejo de Seguridad de la ONU una resolución de condena al régimen sirio por la feroz represión; sin embargo, Rusia y China podrían entorpecer una respuesta de Naciones Unidas en este sentido. Mientras tanto, Estados Unidos admitió ayer que por primera vez baraja la posibilidad de imponer sanciones económicas contra el Gobierno de Bachar el Asad. En concreto, Washington estudia la congelación de los bienes de altos responsables del régimen sirio y la prohibición de realizar negocios en Estados Unidos. En un comunicado el Consejo de Seguridad Nacional de EE UU señaló que la violencia empleada es «completamente deplorable y la condenamos en los términos más enérgicos».

El padre de Bachar mató a 20.000 suníes en Hama
Los Asad saben cómo reprimir protestas desde su ascenso al poder hace más de 40 años. En 1982, el presidente Hafez el Asad, padre de Bachar, ordenó el uso de la fuerza para acabar con las revueltas protagonizadas por los Hermanos Musulmanes. Rifaat Asad, hermano de Hafez, comandó la operación que provocó la muerte de al menos 20.000 personas. La ciudad fue asediada durante tres semanas por aire y tierra por unos 12.000 soldados desplegados por el régimen. Treinta años después, Hama se ha sumado a las protestas contra Bachar.

Las fotos que muestran la brutalidad del régimen de Bachar el Asad
El régimen sirio controla con mano de hierro la información que sale del país. Los periodistas extranjeros no pueden entrar y los medios oficiales se esfuerzan en esquivar en sus noticias la violencia provocada por las fuerzas de seguridad sirias. La información llega, sobre todo, gracias a activistas pro derechos humanos, que difunden los vídeos caseros y las fotos realizadas por gente de la calle con sus propios teléfonos móviles, como las que se ven en este friso. Debido al cerrojazo informativo, no se puede contrastar la veracidad de estas imágenes, que fueron difundidas por la agencia de noticias Reuters.