Vacaciones

El nuevo Túnez

Túnez suma la arena del desierto y el agua del Mar Mediterráneo con una cultura artística y monumental que no deja indiferente a nadie. El paisaje que presenta y sus gentes atrapan a todo aquel que lo visita por primera vez 

El nuevo Túnez
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No sólo es una tierra de sol y playa. Túnez ofrece alicientes para viajeros con distintas inquietudes. Una tierra atrapada entre el Mare Nostrum y el Sáhara, capaz de sorprender a aquel que no conoce los secretos y vicisitudes de este mundo tan original.
En el norte, Cartago nos da la bienvenida a Túnez. Clasificada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, es un espectacular recinto arqueológico, o lo que es lo mismo, la memoria de la antigua Metrópoli que se enfrentó al Imperio Romano. Más al sur, pintada de blanco y azul y dominando el Mediterráneo, aparece Sidi Bu Said, «Sidi Bu» para los amigos. Esta aldea es un lugar de encuentro para saborear un delicioso té a la menta con piñones o para realizar compras en sus elegantes boutiques.
Al este del país, playas de arena fina y suave, aguas cristalinas, limpias y tranquilas, presentan a Hammamet. Es la localidad de moda de la costa tunecina. El escenario perfecto para unas vacaciones con aire de exclusividad.
Muy cerca de Hammamet se encuentra la ciudad santa para los tunecinos. Kairouan es el hogar de más de 50 mezquitas, entre las que se encuentra la tercera más importante del mundo musulmán tras la de La Meca y la de Jerusalén: la Gran Mezquita de Kairouan.
En Túnez también podemos encontrar el tercer anfiteatro más grande del mundo. Situado en El Djem, fue durante años el lugar elegido para realizar actividades deportivas y luchas de gladiadores. En la actualidad, es el escenario de artistas internacionales cada verano.
Más al oeste aparece Tozeur. Es la puerta que da entrada al Sáhara gracias al aeropuerto internacional y a su extensa oferta hotelera integrada en el medioambiente. En este enclave se puede aprovechar para dormir en campamentos nómadas o «jaimas» mientras se contemplan las estrellas, ya que el desierto es el lugar donde más se pueden ver.
Chott el Djerid es uno de los principales reclamos turísticos de la región desértica del país. Un lugar misterioso, cuyos cristales de sal junto al calor contribuyen a crear espectáculos fascinantes de espejismos y matorrales donde no hay nada. Durante años el «Chott» era considerado como el desierto del fuego blanco y cegador en la vecindad de los húmedos oasis.
Por aire o por mar, el turista llega a Djerba, una encantadora isla repleta de belleza y singularidad, en la que disfrutar de playas paradisíacas. En su capital, Houm Souk, parece que la vida pasa más despacio, no en vano, Djerba es, según Homero, la isla del olvido, pues Ulises y su tripulación casi se quedan allí para siempre tras beber el jugo de la flor de loto y admirar los fastuosos atardeceres de la isla. Hoy en día, treinta y un siglos después, la leyenda de la Odisea sigue viva, razón más que contundente para elegir este rincón como nuestro próximo destino. Más información en www.turismodetunez.com.