Resulta increíble que un ejercicio sea capaz de fortalecer la circulación de la sangre, regular la tensión arterial y favorecer la regeneración celular. Todo ello gracias a los movimientos circulares realizados de tal manera que ayudan al organismo. El Tai Chi, también llamado el arte de la acción, ayuda a la tonificación del aparato musculoesquéletico, de tal manera que favorece el ensamblaje entre el sistema nervioso y la motricidad. Es increíble que este arte marcial de más de 1.500 años pueda ser útil para procesos metabólicos como la diabetes tipo II, basado su tratamiento en el ejercicio y la dieta sin olvidar la insulina en el caso que sea menester. La respiración diafragmática profunda junto a la relajación a base de movimientos lentos y suaves ayuda a solucionar muchos problemas físicos relacionados con la edad. Su función terapéutica se enmarca en la prevención y contribuye sobremanera a potenciar el equilibrio entre el cuerpo y el espíritu. Por eso los expertos valoran el Tai Chi como el camino esencial para garantizar el equilibrio psicosomático. Porque sabemos que la alteración biológica, la ruptura de los equilibrios es la enfermedad, así desde las pequeñas alteraciones celulares hasta las patologías más severas, en todas hay diferentes desequilibrios. La salud es la armonía y el Tai Chi induce relajación mental, equilibrio, fuerza, flexibilidad, promueve el bienestar psicológico y propicia satisfacción vital. Así, pues, la lista de procesos para los que puede ser beneficioso es tan extensa como lo asuman la naturaleza de las diversas patologías que encuentren en esta práctica beneficios demostrables. Seguro.