Cataluña

Igualdad laboral por César Alcalá

La Razón
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Los días anteriores a la comparecencia del presidente Rajoy en el Congreso, para detallar el eje económico de España, han sido tensos. Al menos a nivel municipal. Tanto sindicatos como comités de trabajadores se han reunido para buscar estrategias y compromisos políticos.

Hasta el día de hoy el funcionariado español ha sido intocable. En encuestas de no hace mucho tiempo los jóvenes aspiraban a ser funcionarios. Un trabajo remunerado para toda la vida. Ese era su objetivo vital. Si bien es cierto que, como en todas partes, hay de todo, para muchos aprobar unas oposiciones les ha servido para vivir sin estresarse y ser un privilegiado.

Ahora las cosas han cambiado y de ahí el nerviosismo. Algunos han buscado el compromiso político para que no los despidieran. Se miraban los despidos del sector privado como si eso no fuera con ellos. Su actitud me recuerda el poema de Martin Neimöller: «Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas,/ guardé silencio,/ porque yo no era comunista,/ Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,/ guardé silencio,/ porque yo no era socialdemócrata,/ Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,/ no protesté, / porque yo no era sindicalista,/ Cuando vinieron a buscar a los judíos,/ no protesté, / porque yo no era judío,/ Cuando vinieron a buscarme,/ no había nadie más que pudiera protestar».

En aquel momento no hicieron nada. Ahora, cuando les ha llegado la hora, no hay nadie para defenderlos. Es más, los que sufrieron en sus propias carnes la crisis económica, consideran que ellos son iguales a todos.