España

El fútbol y la radio

La Razón
La RazónLa Razón

Desde que Bobby Deglané trajo de Florida la costumbre americana de conectar con los recintos deportivos hasta hoy, sólo han transcurrido cincuenta y siete años. Manuel Aznar le compró la idea y Vicente Marco, puso en marcha, con Carrusel Deportivo, la moda de las retransmisiones deportivas en la radio. La primera fue un Zaragoza-Real Madrid a través de Unión Radio, en 1927, y la que marcó estilo fue un Málaga-Betis con el inolvidable, y siempre añorado, Matías Prats, en 1940. Ahora que el nieto de don Matías arranca una carrera que será tan brillante como la de su padre y la de su abuelo, los clubes pretenden cobrar a las emisoras y éstas se niegan.

La democracia trajo a España nuevas leyes y, ahora, contemplamos los derechos audiovisuales como un negocio de amplio mercado. La duda reside en saber quién puede pagar y cuánto. Y, especialmente, cuál es el precio por dejar fuera al resto e, incluso, a todos. La gran respuesta, aún por definir, debe marcar nítidamente los límites entre el derecho a la información y el derecho mercantil de asociaciones privadas.

Seguro que los clubes habrán evaluado el coste político, social y comunicativo de esta medida pero este coste será desigual entre Madrid y otras ciudades más pequeñas con clubes que no gozan del caudal informativo de los medios nacionales. ¿Qué ocurrirá si las emisoras de radio se apalancan en su negativa? El debate resulta profundo, nos llega plagado de aristas y con escaso margen de maniobra. Dicen que más vale un mal pacto que un buen pleito y ambas partes ofrecen sus motivos.

gaspar.rosety@hotmail.com