Bruselas

Basescu esquiva su destitución

La baja participación invalida el referéndum convocado por el Gobierno

Basescu esquiva su destitución
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Traian Basescu resurge de sus cenizas otra vez. El presidente rumano recuperará sus poderes presidenciales tras fracasar el referéndum convocado por el Gobierno para destituirlo. La escasa afluencia electoral, estimada en un 45,92% por la Oficina Electoral Central (BEC), invalida una consulta que requiere la participación de al menos la mitad más uno de los 18 millones de electores. Con todo, el 86,9% de los rumanos que acudieron a votar lo hicieron en contra de Basescu, según un sondeo de la cadena Realitatea.

De poco sirvieron los denodados esfuerzos desplegados por el Gobierno del socialista Victor Ponta para incentivar la participación, como retrasar el cierre de los colegios hasta las once de la noche o trasladar las urnas a las ciudades costeras más turísticas. En el poder desde el 7 de mayo, la coalición de socialistas y liberales logró que el Parlamento suspendiera el 6 de julio a Basescu de sus poderes por supuestas violaciones graves de la Constitución. Previamente, Ponta había recortado las atribuciones del Constitucional y destituido a los presidentes del Parlamento y el Senado, lo que encendió las luces de alarma en Bruselas, que acusó a Bucarest de violar el Estado de Derecho.

Tras cerrarse los colegios electorales, el propio Basescu, que había hecho un llamamiento para boicotear el plebiscito, declaró que los rumanos «han rechazado el golpe de Estado» de la izquierda. Basescu, que ya esquivó otro intento de destitución en 2007, no podrá volver a presentarse a las presidenciales de 2014.

Por su parte, un cauteloso primer ministro aseguró que «cualquier político que pueda ignorar la voz de nueve millones de rumanos está alejado de la realidad». «Las acusaciones de fraude han resultado ser una mentira», añadió Ponta en referencia a las acusaciones del presidente y sus aliados.

Lo cierto es que la población está cada vez más cansada de una clase política más preocupada por sus luchas partidistas que por los problemas de los rumanos. «Yo voto por el cambio porque no soporto más la miseria de este país. Han bajado los sueldos, las pensiones y además sin emprender medidas económicas. No es propio de un Estado de Derecho, es propio de los bolcheviques», decía un residente de Bucarest tras depositar su papeleta.