Río de Janeiro

El avión de Air France no iba a la altura prevista en su plan de vuelo

Los investigadores creen que no se hallarán las cajas negras al estar en un lugar «profundo y montañoso». Excluyen problemas técnicos en el avión antes del despegue

Asientos y trozos de fuselaje, primeras evidencias del avión
Asientos y trozos de fuselaje, primeras evidencias del aviónlarazon

El avión de Air France que desapareció la madrugada de domingo mientras volaba de Río de Janeiro a París no iba a la altura prevista en su plan de vuelo cuando el radar lo detectó por última vez antes de caer al océano Atlántico, según informa hoy el diario brasileño 'Folha' en su edición impresa.
De acuerdo con este diario, el plan de vuelo preveía que el Airbus 330-200 debía subir de 10.700 metros a 11.300 metros después de pasar por el punto virtual Intol, a 565 kilómetros al norte de la ciudad brasileña de Nata. Sin embargo, el avión iba a 10.700 metros (35.000 pies) en este punto, según los datos ofrecidos por la Fuerza Aérea brasileña el día del accidente.
"El plan se elabora con el objetivo de que el vuelo sea lo más eficiente posible, pero no todo el mundo puede volar en la misma ruta", explicó al diario el ex presidente de la Asociación Brasileña de Aviación General Adalberto Febeliano. Según 'Folha', los pilotos se ven obligados en muchas ocasiones a alterar su ruta por el mal tiempo, turbulencias o porque vuelos diferentes tienen planes que coinciden.
El avión fue detectado por última vez por el radar de la isla Fernando de Noronha a las 22:48 horas (3:48, hora española) del domingo. A continuación, el aparato se encontró frente a una gran tormenta de la que la Fuerza Aérea brasileña había alertado, en su red meteorológica en Internet, recomendando elevar la altitud a entre 11.300 y 11.600 metros. Sin embargo, cuando el Airbus dejó la cobertura del radar brasileño iba a 10.700 metros.
En su comparecencia posterior ante la prensa, el subdirector de comunicación de la FAB, coronel Jorge Amaral, dijo que la investigación del accidente permitirá comprobar si la altura fue un elemento determinante. El avión "pudo alterar la altura y vamos a evaluar si eso fue un factor que contribuyó o no"a la tragedia, señaló.

 

RESTOS DEL FUSELAJE
La Fuerza Aérea Brasileña encontró hoy nuevos restos que pueden ser del Airbus de Air France que cayó al océano Atlántico en la noche del domingo con 228 personas a bordo, entre los cuales hay una pieza de unos siete metros que sería parte del fuselaje, informaron fuentes oficiales.
"Es una pieza significativa que, considerándose un avión, puede ser una lateral o una parte de un ala o cualquier parte del fuselaje del aparato", aseguró el vicedirector de Comunicación Social de la Fuerza Aérea, coronel Jorge Amaral, en una rueda de prensa.
Los nuevos restos fueron ubicados por radar y avistados por pilotos militares a unos 90 kilómetros al sur del lugar en que fueron hallados el martes los primeros restos que, según confirmó el Gobierno brasileño, pertenecen a la aeronave siniestrada.
Según Amaral, las piezas fueron detectadas a las 03.40 hora local (06.40 GMT) por un avión R-99, que utiliza un radar y un sensor infrarrojo para captar objetos en el mar, y avistadas posteriormente por los pilotos de la misma aeronave.
Entre los restos, expandidos en un área de cinco kilómetros y en cuatro puntos diferentes del océano, también figuran diez objetos metálicos de diferentes tamaños y manchas de aceite y combustible que se extienden por cerca de veinte kilómetros.
Segun estos datos, la zona del siniestro podria estar cerca del archipiélago de Sao Pedro y Sao Pablo, unas formaciones rocosas deshabitadas situadas a unos 704 kilómetros del archipiélago de Fernando de Noronha, el punto más oriental de Brasil, y a 1.296 kilómetros de la ciudad de Recife (nordeste).
Amaral anotó que, tras ese hallazgo, cinco aeronaves despegaron en la mañana de hoy para concentrar las búsquedas en esa región.
Se trata de tres aviones Hércules C-130 brasileños, así como un Falcon 50 de Francia y un avión de patrulla marítima P-3C Orion de Estados Unidos, que comenzaron a colaborar en los trabajos.
Según el oficial, la búsqueda la llevan a cabo once aeronaves, en tanto que cinco navíos de la Marina de Guerra de Brasil se dirigen al punto del siniestro.
El primero de esos barcos debe llegar a la región en la tarde de este martes.
El Airbus de Air France que hacía el vuelo AF447 entre Río de Janeiro y París, con 228 personas de 32 nacionalidades diferentes, desapareció de los radares en la noche del domingo, después de transmitir un mensaje automático informando de un fallo técnico.
 


LAS CAJAS NEGRAS
La Oficina de Investigación y Análisis (BEA, según sus siglas en francés) teme no poder hallar las cajas negras del Airbus 330 de la compañía Air France que desapareció en el Atlántico el pasado domingo cuando hacía la ruta Río de Janeiro-París con 228 personas a bordo.
La BEA pretende tener listo un primer informe sobre las causas del accidente antes de que finalice el mes de junio y, según los primeros elementos, nada hace pensar que el avión tuviera problemas antes de despegar de Río de Janeiro.
En la investigación participará el constructor aeronaútico Airbus, que ha ofrecido su ayuda técnica, y personal de la aerolínea gala. La Fiscalía de París será la encargada de la investigación judicial y ya ha anunciado que abrirá rápidamente una instrucción.
"No soy de un optimismo total. Se hará todo lo necesario, pero no se puede excluir que no encontremos las grabadoras", admitió el director de la Oficina encargada de la investigación del accidente aéreo del A330, Paul-Louis Arslanian.
La dificultad de la tarea estriba en la probable posición del fuselaje en pleno Atlántico donde los fondos marinos son extremadamente accidentados. "Es una zona claramente de montaña", dijo. Se calcula que el área tiene una profundidad de entre 2.000 y 3.000 metros.
Además, incluso si se encontraran las famosas cajas negras el experto cree que no hay "ninguna garantía"de que haya informaciones en su interior. En este momento, los investigadores trabajan con datos relativos al mantenimiento del avión, la metereología y los mensajes automáticos enviados por el aparato.
El director del organismo indicó que el Airbus A330 de Air France no presentaba ningún fallo técnico antes de su despegue del aeropuerto de Río de Janeiro. "Ningún elemento nos lleva a pensar que el avión tenía un problema antes de salir de Río", explicó.
Añadió que el aparato estaba en términos generales "en la ruta" que siguen todos los aviones y recordó que los pilotos en función de si hay o no perturbaciones pueden intentar evitar alguna zona, pero que se mantienen en una banda de varios kilómetros de ancho.
En cuanto a si realizará algún tipo de recomendación para mejorar la seguridad aérea, destacó que en cuanto se tengan elementos que muestren "un vínculo al menos probable entre tal o tal circunstancia y el accidente"se dará a conocer sin esperar al fin del informe.
"Daremos la información cada vez que se conozca y si hiciera falta también consejos a la comunidad aeronaútica para mejorar. El objetivo de todos es la seguridad por lo tanto no excluyo que haya recomendaciones, pero hoy no las hago", apuntó.
"Nos corresponde hacer la mejor investigación posible para que nada que hubiera podido encontrarse se ignore", agregó el responsable de la BEA, quien subrayó que la seguridad de la aviación es "el combate permanente"de todos.
"No solamente de los servicios de investigación, son las autoridades, las empresas de explotación de los aviones, los transportistas, los constructores, todo el mundo necesita información", resumió Arslanian, que pidió no "especular demasiado" sobre las causas del siniestro. 


SIN PROBLEMAS ANTES DE DESPEGAR
Las autoridades francesas afirmaron hoy que carecen de datos para afirmar que el avión de Air France que desapareció el pasado lunes tenía problemas antes de despegar de Río de Janeiro con destino a París.
La Oficina de Investigaciones y Análisis (BEA, por sus siglas en francés) comunicó hoy que "ningún elemento lleva a pensar que el avión tenía un problema antes de partir de Río".
En una conferencia de prensa celebrada cerca del aeropuerto de Roissy Charles de Gaulle, el destino del avión en el que viajaban 228 personas, responsables de la BEA añadieron que a finales de junio intentarán publicar un primer informe sobre lo sucedido.
Asimismo, el director de la Oficina de Investigación y Análisis (BEA) encargada de la investigación del accidente aéreo del A330, Paul-Louis Arslanian, declaró hoy "no ser de un optimismo total" sobre las posibilidades de encontrar las cajas negras del aparato.
"No se puede excluir que no encontremos las grabadoras", dijo Arslanian en una rueda de prensa para dar cuenta del curso de las investigaciones. En su opinión, las cajas negras se encuentran sin duda en un lugar "profundo y montañoso"del Océano Atlántico.
"La investigación será difícil", declararon los responsables de la BEA, que señalaron que es de muy difícil acceso la zona en la que se han encontrado los restos avistados por el Ejército brasileño y que París considera que pertenecen al avión de Air France.
"No habrá secretos, las transparencia será total", agregó el representante de la BEA sobre la investigación, pero precisó: "no hablaremos hasta que no estemos seguros".


«No hay duda sobre los restos»

Asimismo, las autoridades francesas afirmaron hoy que ya no tienen dudas sobre el hecho de que los restos avistados por militares brasileños en el Atlántico pertenecen al avión de Air France desaparecido el pasado lunes.
Un portavoz del Estado Mayor del Ejército francés explicó que, aunque habrá que hacer "una confirmación formal"cuando se recuperen esos restos mediante un análisis técnico, ya no hay espacio para la duda.
Añadió que un avión militar francés de patrulla marítima ha sobrevolado en las últimas horas la zona en la que el Ejército brasileño ha localizado lo que parecen fragmentos del Airbus A330 que cubría la ruta Río de Janeiro-París.
Hoy está previsto que otros aviones sobrevuelen el mismo área, entre ellos una aeronave francesa Awacs que tratará de determinar el lugar exacto en el que el avión pudo haber caído en el mar para buscar las cajas negras, según el Estado Mayor del Ejército.
Si se verifica que la aeronave desaparecida cayó al mar donde los brasileños han localizado algunos fragmentos, la recuperación de las cajas negras será complicada, ya que los fondos marinos se encuentran a entre 2.500 y 3.500 metros, y la señal que éstas emiten durante unos 30 días podría ser difícil de detectar.
Un barco militar francés navega ya en esa dirección y llegará a finales de semana con el submarino articulado "Nautile"que puede operar con tres miembros de la tripulación pero en movimientos limitados de seis a siete kilómetros diarios.
En el aeropuerto Charles de Gaulle de París decenas de familiares de los ocupantes del aparato siniestrado siguen esperando noticias protegidos por un importante dispositivo policial para mantener la privacidad.
Esta tarde el presidente francés, Nicolas Sarkozy, participará en un homenaje religioso ecuménico a los 228 ocupantes del avión que se celebrará en la catedral de Notre Dame de París.
Dos horas antes de ese homenaje, programado a las 16.00 hora local (14.00 GMT), la Gran Mezquita de París en coordinación con el Consejo Francés del Culto Musulmán celebrará un rezo en recuerdo de las víctimas
 

«Señales resplandecientes»
 

La misteriosa desaparición del Airbus 330-200 de la compañía Air France entre Río de Janeiro y París podría desvelar pronto algunos de sus secretos. Tan pronto como se logre comprobar que los restos avistados a primera hora de la tarde de ayer a 650 kilómetros de las costas brasileñas, al noreste del archipiélago de San Fernando de Noronha, pertenecen al avión que efectuaba el vuelo AF 447 con 228 ocupantes a bordo de 32 nacionalidades distintas.

Su localización coincide aproximadamente con las indicaciones que horas antes había dado un piloto de la aerolínea comercial brasileña TAM, que cruzaba el océano Atlántico en sentido inverso y aseguró haber visto «unas señales resplandecientes, anaranjadas, como si se tratara de restos en llamas». Posteriormente, las fuerzas aéreas brasileñas corroboraban el hallazgo junto a varias y extensas manchas de aceite y de queroseno, de «elementos metálicos blancos» que podrían pertenecer al fuselaje del aparato, además de varios asientos flotando en esas aguas.

Sin embargo, el lugar en el que han aparecido se sitúa a unos sesenta kilómetros a la derecha de la ruta normal que hubiera debido seguir el avión de Air France. Este extremo induce a pensar, según un portavoz militar brasileño, que la aeronave inició un giro o intentó dar la vuelta para regresar a las islas de Noronha por razones que todavía se desconocen pero que evidenciarían que los pilotos trataron de evitar una zona de peligro o una amenaza.


Mucho trabajo por delante

 

La recogida e identificación de esos indicios materiales podría llevar varios días pero las autoridades francesas se toman «muy en serio» el hallazgo, que arroja, cuando menos, un haz de luz sobre el lugar en el que pudo estrellarse el aeroplano. Tanto es así, que ayer confirmaron el envío a la zona de la catástrofe del «Pourquoi pas», un navío dotado con dos robots de exploración submarina y especializado en la investigación de este tipo de siniestros.

Si se confirman estas sospechas, el radio de búsqueda podría sensiblemente reducirse respecto a los 2.000 kilómetros a la redonda en los que han estado operando desde ayer, sin grandes resultados hasta el momento, los efectivos galos y brasileños, con el apoyo logístico de España y Estados Unidos.

No obstante la eventual recuperación de los restos del avión se antoja ardua y complicada en un área donde las profundidades marinas pueden superar los 4.500 metros. La prioridad del Gobierno francés es rescatar lo antes posible las cajas negras, las únicas que contienen las respuestas a tantos interrogantes. «Nos encontramos en una cuenta atrás», dijo ayer el primer ministro François Fillon en la Asamblea Nacional. Una carrera contrarreloj, pues las cajas están preparadas para emitir señales sólo durante un mes. Además, técnicamente, podrían soportar una presión de 6.000 metros bajo el agua, pero según los expertos no existen precedentes de recuperación a tanta profundidad.

Fillon recalcó también que por el momento París «no privilegia ninguna pista» aunque a la luz de las sucesivas declaraciones de varios ministros, la del atentado terrorista queda claramente relegada frente a otras hipótesis, como la del accidente, aunque los datos de que disponen los investigadores para explicarlo sean insuficientes. Los mensajes automáticos enviados por el avión tras perderse toda comunicación con los pilotos indican un fallo en serie de los sistemas eléctricos. Ahora bien, nada explica qué pudo provocar la pérdida del control del aparato de una manera tan rápida y repentina que ni siquiera el personal navegante pudo lanzar un mensaje de auxilio. Lo que parece claro es que la tesis inicial avanzada por la aerolínea gala no convence a los especialistas.

Por otra parte, Air France rendirá hoy en Notre Dame un «homenaje ecuménico» las familias de las víctimas de las víctimas al que asistirá Nicolas Sarkozy.

 

ANÁLISIS: UNA ECUACIÓN CON MUCHAS INCOGNITAS POR DESPEJAR


- ¿Qué causó realmente el accidente?
–En este tipo de accidentes, las causas suelen ser una suma de factores. De momento, todo son hipótesis, pero la presencia de la tormenta, el aviso del avión de una avería y la falta del «May Day» de la tripulación apunta a una combinación de causas naturales (tormenta, rayo, granizo, turbulencias) y mecánicas (fallo del sistema eléctrico o explosión de uno de los motores). La clave es encontrar las cajas negras.

- ¿El frente intertropical es peligroso?

–No. Los aviones lo cruzan a diario sin problemas. Todos los pilotos trabajan con una previsión de meteorología y con radares para detectar tormentas. En casos complicados (huracanes), se anulan los vuelos, se retrasan o si están en pleno vuelo, se decide dar la vuelta.

- ¿Es normal que un avión atraviese una tormenta?

–Por lo general, el comandante intenta esquivar el frente o superarlo por encima. Si no es muy intenso, lo atraviesa por las zonas de menos nubes.

- ¿Por qué tardan tanto en localizar los restos del avión?

–Porque en el Atlántico no hay radares. Una vez superado el archipiélago de Fernando de Noronha hasta llegar a la isla de Sal (Cabo Verde), la única manera de saber el paradero de un avión es por radio, un sistema que tiene un equipo de energía autónomo para pedir ayuda en caso de fallo eléctrico.

- ¿Están realmente preparados los aviones para las situaciones límite?

–Sí, pasan numerosos controles de seguridad y se ponen a prueba en situaciones extremas. De hecho, existe la posibilidad de que una turbulencia zarandee un avión, le de la vuelta, le haga perder 5.000 pies de altura y la aeronave no sufra ningún daño de importancia y, en cambio, durante los fuertes bandazos del avión pueden haber perdido la vida varios pasajeros.


España aporta un tercer avión a las tareas de búsqueda

 

Un Focker del Ejército del Aire de la base de Gando (Gran Canaria) despegó ayer hacia Cabo Verde para sumarse al dispositivo internacional de búsqueda del avión de Air France desaparecido en el Atlántico, con lo que ya son tres los aviones enviados por España a la zona del siniestro, ha informado a EFE el Ejército del Aire. El segundo Focker, el primero salió el pasado lunes por la noche, partió hacia las 17:00 horas hacia la base de Praia, una isla de Cabo Verde donde se ha establecido el dispositivo aéreo internacional de búsqueda y rescate del avión de Air France. Tres pilotos, un mecánico, un radarista y un observador forman parte de la tripulación de este avión, que pertenece al 802 Escuadrón del servicio de rescate del Ejército del Aire, que va dotado con sistemas de radar de tipo convencional y automatizados. El coronel del SAR (Servicio de Búsqueda y Salvamento del Ejército del Aire), Manuel de Diego, afirmó que el Focker enviado el lunes participó ayer en las labores de búsqueda en la zona siniestrada, donde realizó ocho horas de vuelos de reconocimiento. De Diego subrayó que «hasta que no se demuestre lo contrario hay que mantener esperanzas» de encontrar gente con vida.

ha establecido el dispositivo aéreo internacional de búsqueda y rescate del avión de Air France. Tres pilotos, un mecánico, un radarista y un observador forman parte de la tripulación de este avión, que pertenece al 802 Escuadrón del servicio de rescate del Ejército del Aire, que va dotado con sistemas de radar de tipo convencional y automatizados. El coronel del SAR (Servicio de Búsqueda y Salvamento del Ejército del Aire), Manuel de Diego, afirmó que el Focker enviado el lunes participó ayer en las labores de búsqueda en la zona siniestrada, donde realizó ocho horas de vuelos de reconocimiento. De Diego subrayó que «hasta que no se demuestre lo contrario hay que mantener esperanzas» de encontrar gente con vida.