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Blanco a la Moncloa

La Razón
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Lunes, 7: Determinantes

El Rey y Casillas son hoy los personajes del día en todos los medios informativos. «El Rey, determinante» en la democracia española, lo cual que sí, e Iker Casillas «determinante» en el Real Madrid, lo cual que también. El Rey, pues, el «cancerbero» de la política española y Casillas, entre los palos, el soberano del Real Madrid, de donde se infiere, o infiere uno, que sin ellos España sería más «puto país» (Juan Marsé, en «El País») y el Real Madrid, menos líder de lo que es. Pablo Hernández Coronado, apócrifo para los jóvenes (afortunadamente para ellos, de lo contrario no serían jóvenes), escribió que si en la hípica el caballo es el cincuenta por ciento y el jinete, el otro cincuenta por ciento, en el fútbol el portero es el cincuenta por ciento y los jugadores de campo el otro cincuenta por cierto. ¿Exageraba?

 

Martes, 8: FIFA

La FIFA es el altar y el trono del fútbol y Blatter, el presidente, su Luis XIV, o sea: «El Fútbol somos la FIFA y yo, y vosotros los clubes a poner gratis los juga- dores, que nosotros hilaremos y deshilaremos competiciones y calendario a nuestra conveniencia». Así está organizado internacionalmente el fútbol. Puro y duro totalitarismo. La Copa de África, estos días, despoja a los clubes de sus jugadores pagados con cheques multimillonarios y, claro, que se jeringuen los clubes, que: «Yo soy el altar y el trono y el Luis XIV del fútbol». Esto a mí me parece inquisitorial y medieval, como medieval e inquisitorial me parece que el Sevilla, en la Copa del Rey, no pueda contar con Kanouté, Koné y Keita. Cito el caso del Sevilla como muestra de lo que, aun siendo, no debería ser. ¿Por qué los clubes no se «revolucionan» con el sentido común de sus plurales razones contra estructura tan feudal y fosilizada?

Miércoles, 9: Querido

Las cosas del «querer», cuentan, se dan también en el fútbol. Hablo de Ronaldinho con un directivo del Barça: «No se siente querido. Se ha apoderado de él una especie de miedo psicosomático insuperable: miedo a que se dude de él, miedo a que no le salgan las cosas, como le ocurrió contra el Real Madrid; miedo a los medios informativos. Vosotros, los periodistas –me reprocha–, no calculáis, cuando escribís, el daño que podéis hacer. Si Ronaldinho no se sobrepone a sus miedos, no sé, no sé... El caso es que somos muchos los que seguimos creyendo en su talento y en su juventud. Pienso que lo que Ronaldinho necesita es volver a sentirse querido... La terapia del amor».

Viernes, 11: Le temen

Hay que leer entre líneas, que se dice, y hay que deducir por el tono de la voz, que no se dice. Hamilton y Raikkonen, esta temporada, montarán «jacas» mecánicamente más briosas y poderosas. La jaca Renault de Fernando Alonso, si hay que hacer caso a los que saben, no es tan brava y vigorosa. Pero «Alonso sabe mucho» (Hamilton) y «Alonso es siempre líder» (Raikkonen). ¿Le temen? ¿Le respetan? Sospecho que sí. Colosal.

Sábado, 12: Himno

Alejandro Blanco, presidente del COE, con su idea de ponerle letra al himno nacional ha conseguido el primer consenso entre todos los partidos políticos de la desconsensuada legislatura de ZP. La letra de Paulino Cubero, de 52 años y parado, ha recibido un capón unánime, sin un sólo no, sin una abstención, sin un voto de tránsfuga, de los que gobiernan o desgobiernan esta España obviamente plural, compleja y autonómica. Paulino, hombre de corazón plural, había tenido en cuenta, al versificar la letra, «a la patria que va en metro y paga hipoteca». Patria, Metro, hipoteca, o sea, pueblo soberano: fracaso de Paulino. De todos modos, Alejandro Blanco ha logrado casi evangélicamente que, por primera vez en cuatro años, el camello del arco político español pase por el ojal de la aguja del consenso. ¡Milagro! Alejandro Blanco, a la Moncloa.