Bruselas

Compra de votos y candidatos mafiosos marcan las elecciones en Bulgaria

Una joven pasa por delante de los pósteres de la Coalición Azul en Sofía
Una joven pasa por delante de los pósteres de la Coalición Azul en Sofíalarazon

Madrid- Bulgaria celebra hoy sus primeras elecciones generales desde que ingresó en la UE en 2007. La endémica corrupción, la compra de votos y la irrupción de mafiosos en la política han marcado una sucia campaña electoral que ha desprestigiado aún más a la clase política.El partido derechista Ciudadanos para el Desarrollo Europeo de Bulgaria (GERB), liderado por el alcalde de Sofía, Boiko Borisov, es el gran favorito gracias a sus promesas de reforzar el Estado de derecho e introducir reformas económicas, condiciones imprescindibles para recuperar la confianza de Bruselas, que el año pasado se vio obligada a privar a Sofía de 500 millones de euros en ayudas europeas tras detectar numerosas irregularidades.Los sondeos conceden al GERB un 32%, lo que le obligaría a buscar aliados para gobernar. Borisov se muestra dispuesto a pactar con los conservadores de la Coalición Azul (9%). Los socialistas del primer ministro, Serguei Stanishev, con un 22% de intención de voto, son el blanco de las críticas de los ciudadanos, que les acusan de no luchar contra la corrupción.La campaña se ha visto salpicada por la irrupción de candidatos mafiosos que buscan eludir a la Justicia. El caso más destacado ha sido el de los «hermanos Galevi», que, a pesar de estar acusados de dirigir una organización criminal, extorsión, amenazas y violencia, fueron puestos en libertad para hacer campaña.Degradación«Las organizaciones criminales ya no necesitan a los políticos como mediadores –explica el antropólogo Haralan Alexandrov–. No necesitan repartir el botín si ellos ocupan el poder y controlan los recursos estatales. Es el final lógico del proceso de degradación que sufre Bulgaria tras una fachada democrática». Por si la imagen de la política no tenía bastante, varias investigaciones periodísticas desvelaron que en varios lugares del país emisarios de los partidos ofrecieron a los ciudadanos entre 25 y 50 euros por voto. La ONG Transparencia sin Límites ha denunciado que 415.000 búlgaros han vendido su voto acuciados por la pobreza que padecen. Desde Sofía, la periodista Aleksandra Raicheva asegura a LA RAZÓN que «la gente está horrorizada». «Estos escándalos movilizan a la gente. Los sondeos prevén mayor participación que en otras elecciones, alrededor del 55-60%», añade.