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Daniel Craig: «No queda nada de aquel 007 glamouroso» y un tanto machista

Los zapatos de la nueva chica Bond parecen de otro planeta. Galácticos. Y altísimos, dos mazacotes dorados que la otrora modelo Olga Kurylenko maneja con soltura aunque da la impresión de caminar sobre un andamio.

La Razón
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Junto a ella, tan elegante como en su primera visita a España, el auténtico protagonista de la función ayer en Valencia, que no saca la mano del bolsillo mientras dura el posado. Dicen muchos que es el mejor 007 de la historia. Su nueva película, «Quantum of solace», que en España se estrena el 21 de noviembre, acaba de arrasar en Reino Unido, o sea, que a lo mejor sí. guillén cuervo, villano Buena parte de la plantilla que trabaja en el Hotel balneario Las Arenas se arremolina junto a una fuente alargada con varios chorritos para ver, aun de lejos y malamente, a Daniel Craig y la Kurylenko, que presentaron la película en España junto al director del filme, Marc Forster, el español Fernando Guillén Cuervo, que encarna a un villano de diente de oro y sonrisa mefistofélica, y la productora del mismo, Barbara Brocoli. Durante la entrevista, Craig, con una camisa celeste, la chaqueta puesta y dos cadenitas que parecen de plata al cuello, recuerda cómo acogieron los «fans» más recalcitrantes de 007 la noticia de que fuera el rubio actor quien encarnase al agente en «Casino Royal» (2006). apasionado «No se puede satisfacer a todo el mundo, pero notaba la pasión de la gente, y yo también me apasioné», dice el masculino Craig. Y debe de ser una especie de epidemia, me refiero a lo de la pasión, porque aquella entrega barrió en taquilla. Un motivo excelente para que Craig haya tenido mucho que ver con el guión de «Quantum of solace», donde el espía venga la muerte de su novia, lo que sucedió en la anterior entrega de la saga: «Hemos intentado buscar un equilibrio entre la acción y la historia en sí misma, condensar ambos ingredientes en el texto, pero siempre con la idea de que iba a tratarse de una película corta». Craig, que está un poco menos musculoso que hace un par de años pero tan atractivo como entonces (o más, qué porte), ya piensa en la siguiente entrega: «Hemos introducido ahora elementos nuevos, debemos volver a empezar y que los escritores encuentren otro guión. Necesitamos grandes actores, que 007 se encuentre con buenos personajes luego», asegura de un papel que lo ha convertido ya en una estrella. Pero no sufre en absoluto de divismos: «Es demasiado tarde para eso. Tengo grandes amigos y a mi familia, y ellos que me mantienen los pies en la tierra». Esos admiradores que citaba antes Craig son quizá los mismos que han tenido que presenciar la manera en que ha evolucionado estos últimos tiempos Bond, que es ahora un hombre lleno de rencor romántico, violento, que decide actuar incluso fuera de la organización a la que tantos años de trabajo dedicó: «Me encantaría utilizar los ¿gadgets¿ de la serie y también la música, pero hacerlo en los momentos adecuados. Y la ironía». mujeres florero Lo cierto es que de aquel 007 «glamouroso» a un martini pegado (si incluso fumaba...) y un tanto machista en su estrecha y siempre fuertemente sexual relación con las mujeres florero que engalanaron los anteriores filmes poco queda ya. Craig se ríe de manera un tanto socarrona: «No hay nada... Por supuesto, las viejas películas influyen, es el centro de todo esto. Existe una tradición, elementos que hemos de utilizar, aunque lo interesante es descubrir cómo lo hacemos. Y jamás he querido copiar lo que hicieron los Bond anteriores», comenta con el aplomo del propio héroe. Quién se lo habría dicho al intérprete británico cuando aún actuaba en el teatro. Hasta Valencia llegó en una ocasión con su compañía: «Yo no lo sabía entonces, tenía apenas 18 años cuando trabajé en esta ciudad, e interpretaba por otros motivos que ahora, a causa de las chicas... No me imaginaba mi futuro, y tampoco tuve sueños en ese sentido». Habla mucho menos claro cuando un periodista le pregunta si cree que se ha cruzado alguna vez con un espía: «No lo sé, a lo mejor sí... Me he topado con soldados profesionales, y me parecieron muy interesantes, pero lo ignoro, siempre se esconden, ¿no?». Va a ser cierto que Bond oculta todavía algún as en la manga. Del esmoquin, faltaría.