Europa

Estrasburgo

«EE UU desea una Europa fuerte»

El presidente de EE UU recuerda que la seguridad internacional es un tarea que también compete a Europa.

Michelle y Barack Obama, ayer en Estrasburgo, en compañía de Nicolas Sarkozy y Carla Bruni
Michelle y Barack Obama, ayer en Estrasburgo, en compañía de Nicolas Sarkozy y Carla Brunilarazon

PARÍS- Nicolas Sarkozy tiene motivos para rebosar de satisfacción. No sólo ha conseguido que con su estrategia de presión y amenazas el G-20 alumbrara este jueves una serie de acuerdos más ambiciosos de lo que algunos países hubieran deseado para combatir la crisis, también ha logrado arrancar del presidente estadounidense una confesión que le enorgullece. «Francia es además del más antiguo aliado, el primero», dijo ayer Barack Obama en una comparecencia conjunta con el mandatario galo en Estrasburgo, durante un encuentro informal previo a la cumbre de la OTAN que conmemora su sesenta aniversario.Si ambos dirigentes repasaron los más candentes asuntos de la agenda internacional, el inquilino de la Casa Blanca no tardó en apuntar el mensaje que repetirá hoy durante la sesión plenaria de la Alianza Atlántica. Esto es que el combate del terrorismo y la seguridad mundial no sólo incumbe a Estados Unidos. Recordó que el principio fundador de la OTAN sigue vigente: «La seguridad de Europa equivale a la seguridad de Estados Unidos y a la inversa». Y seguirá siéndolo aún más si cabe tras la decisión de Francia de regresar, tras 43 años de ausencia, a la estructura militar de esta organización, que es la que decide los objetivos y las estrategias. Desde esa nueva posición, que Nicolas Sarkozy justificó ayer, pues sus tropas participan de hecho en todas las misiones atlánticas, el presidente francés podrá, según Obama, seguir desarrollando «su extraordinario liderazgo internacional».El nuevo papel de FranciaNo obstante, Sarkozy dejó claro que la asunción de nuevas responsabilidades por parte de Francia en el seno de la Alianza Atlántica, no supone un menoscabo al proyecto de defensa europeo. Es más, estimó que «una Europa fuerte y de la Defensa es una gran baza para Estados Unidos». Obama no despreció el guante tendido por su anfitrión. «Queremos aliados fuertes», espetó, y exhortó a Europa a dotarse «de capacidades de defensa más robustas» para poder actuar frente a los desafíos futuros con mayor concertación.Obama considera esencial que los aliados refuercen su contribución en Afganistán, «no sólo en el plano militar, también en el diplomático». «No se trata de aportar necesariamente más recursos, sino de utilizar los que ya existen más eficazmente», dijo. Y advirtió de que «es más verosímil y probable» que Al Qaida pueda, por su cercanía, atentar gravemente en Europa que en Estados Unidos.Sarkozy, que respaldó «totalmente» la nueva estrategia norteamericana en Afganistán, descartó el envío de más tropas, aunque 150 gendarmes galos participarán en la formación de la Policía local. Lo esencial, según el líder galo, no es combatir, sino «afganizar» el país.Contento de poder trabajar «con un presidente norteamericano que tiene ganas de cambiar el mundo», Nicolas Sarkozy aseguró ayer compartir con su homólogo el mismo análisis de la situación en Irán, en donde, convinieron, hay que evitar «que se hagan con el arma atómica», mientras que Obama se pronunció asimismo por una progresiva «desnuclearización» del armamento mundial.Relaciones con RusiaPese a que las relaciones entre la OTAN y Rusia son con frecuencia objeto de discordia, el presidente norteamericano apostó por potenciar esos contactos «sin volver a los viejos métodos» porque, aunque son múltiples los desacuerdos, también hay intereses comunes.Obama, que hizo del cierre de la prisión para terroristas de Guantánamo uno de sus principales argumentos de campaña, encontró ayer en Sarkozy la promesa firme de que Francia acogerá a uno de sus prisioneros en cuanto se decrete la clausura del centro.

«Melocotón» Obama y su baño de masasBarack Obama llegó ayer a Estrasburgo como una estrella del celuloide, aclamado, vitoreado y reclamado por todo el mundo. Para añadir glamour a su primera visita a la Europa continental, foto con Sarkozy y Carla Bruni. Y acto seguido, a cumplir con una costumbre que ha instaurado en sus giras: un encuentro con jóvenes. En un pabellón de baloncesto, cuatro mil jóvenes franceses y alemanes le esperaban cámara en ristre. Con un dominio de las tablas propio de un «showman», Obama se metió al antiamericanismo en el bolsillo, arrancó ovaciones y risas y aprendió algo nuevo: que su nombre, en húngaro, significa melocotón, tal y como le hizo saber una estudiante en el turno de preguntas. Reconoció errores, echó en cara otros a los europeos, lanzó retos y un mensaje: juntos, americanos y europeos, podemos. Contra la crisis, el terrorismo, la pobreza y el deterioro del medio ambiente.