Nueva York

EEUU lanza un plan millonario para comprar los activos «tóxicos» de la banca

El Tesoro de EEUU lanzó hoy su medida más agresiva para sanear la banca y restaurar el flujo en el mercado de crédito, al anunciar que comprará, junto a inversores privados, activos "tóxicos"por un importe de hasta un billón de dólares. La medida, largamente esperada por los inversores, fue recibida con entusiasmo por las bolsas y especialmente por Wall Street que, a media mañana, subía casi un 4 por ciento impulsada por las acciones de los bancos. Desde hace semanas, los expertos reprochaban al Gobierno de Barack Obama haberse distraído con otros planes y no haber actuado con contundencia en el epicentro de la crisis económica, como es la mala salud del sistema bancario. Ya el pasado 10 de febrero, las bolsas se desplomaron al observar, decepcionadas, que el secretario del Tesoro, Timothy Geither, convocó a la prensa para hablar del plan y concluyó su intervención si dar detalles. Los bancos en EEUU tienen sus cuentas intoxicadas con activos de mala calidad debido a inversiones fallidas, fundamentalmente vinculadas a las hipotecas "subprime", incobrables, lo que les impide acudir a los mercados de crédito y contar con los recursos suficientes para prestar dinero a las empresas y a las familias. Con el mercado de crédito casi paralizado, el Departamento del Tesoro ha elaborado un plan para reflotar la banca sin nacionalizarla, tal y como piden los legisladores republicanos. El plan consiste en sacar de los balances de los bancos todos estos activos del mercado inmobiliario que no tienen liquidez, y que están intoxicando sus cuentas. La compra se hará con dinero público, pero también de inversores privados. De hecho, el propio secretario del Tesoro, Timothy Geithner, dijo hoy en rueda de prensa que los inversores tienen que estar dispuestos a "asumir algunos riesgos"si quieren que la medida funcione. El objetivo es retirar de los balances bancarios unos 500.000 millones en "activos tóxicos", aunque el programa se ampliará hasta un billón de dólares si funciona. Para empezar, el Gobierno comprometerá en este "Programa de Inversión Publico-Privado"entre 75.000 y 100.000 millones de dólares procedentes del plan de rescate financiero que el Gobierno de George W. Bush lanzó en octubre, dotado con 750.000 millones. Curiosamente, la idea inicial del anterior plan de rescate era adquirir los activos "tóxicos", si bien el Gobierno de Bush cambió de opinión y decidió destinar la primera mitad de los fondos a entrar en el accionariado de los bancos. No obstante, esta medida no sólo no sirvió para restaurar el flujo del crédito, sino que dio a las entidades financieras dinero fresco con el que remunerar a sus accionistas y a sus directivos, lo que ha enfadado a la opinión publica y frustrado a los legisladores. Ahora, el Gobierno de Obama ha puesto todas sus esperanzas en la compra de los elementos "tóxicos"de los balances bancarios, una iniciativa que cuenta con una cierta complejidad y muchos riesgos. Una de las dificultades principales es cómo valorar estos activos "tóxicos". Si el Gobierno pone un precio bajo, los bancos no los venderán, pero si les otorga una valoración alta, la opinión pública se revelará contra el plan. Incluso si se pone en marcha, los riesgos son altos, como reconoció hoy mismo Geithner. Una de las principales incertidumbres es si el Gobierno será capaz de atraer a los inversores privados, como fondos de inversión, fondos de pensiones y compañías de seguros, para que participen en la compra de estos activos. Del triunfo o fracaso del plan depende no sólo la salud del sistema financiero estadounidense, sino el futuro del propio Geithner, un joven profesional que dirigía hasta hace poco la Reserva Federal de Nueva York, y quien ya ha sufrido duras críticas por haber participado en la elaboración del plan de rescate de Bush. Hasta ahora, varios senadores republicanos han pedido su dimisión. El domingo, el senador Richard C. Shelby, el republicano de mayor rango del Comité de Banca, auguró que "si las cosas siguen por este rumbo, (Geithner) no durará mucho en su puesto". El propio Obama ha salido en defensa de su equipo económico y ha asegurado tener "completa confianza"en Geitnher. "Nadie trabaja con tanta inteligencia, diligencia y tan duramente como él", dijo la semana pasada.