Alicante

El cartón y el fuego de las Hogueras de San Juan toman Alicante

Más de 60 barracas de festeros inundan las calles alicantinas desde primera hora de hoy y marcan el inicio de la fiesta.

Imagen de uno de los monumentos de las Hogueras de San Juan de Alicante
Imagen de uno de los monumentos de las Hogueras de San Juan de Alicantelarazon

Las Hogueras de San Juan toman la ciudad. El cartón, el corcho y la pintura se convierten en protagonistas de cinco días mágicos en los que Alicante se rinde a sus fiestas grandes. Crítica y humor centran los más de 91 monumentos adultos que se plantan este año, once de ellos en categoría especial. Éstos han sido los primeros en ver la luz, ya que desde el pasado miércoles las primeras piezas están en la calle. Sin embargo, será hoy cuando las hogueras del resto de categorías empiecen a tomar forma. Sin duda los presupuestos más caros son los de la máxima categoría que hasta ahora no tenían problemas para conseguir patrocinadores, una tarea que este ejercicio ha sido más complicada. Así, la hoguera de Gran Vía La Cerámica que en 2008 contaba con el monumento más caro de la historia de la fiesta de Alicante con 180.000 euros, este año tiene la mitad del presupuesto. Uno de los ingresos más importante es la venta de mesas en los «racós». Aproximadamente el precio medio de una mesa con 10 sillas, que incluye vales de consumo y música los cinco días de hogueras, es de 300 euros. Una cantidad a la que muchas familias no están dispuestas a hacer frente hoy por hoy.A pesar de las dificultades, un año más la ciudad se rinde a una fiesta que se vive en la calle donde las más de 60 barracas y los «racós» de las comisiones ya toman la ciudad desde primera hora de hoy. Eso sí, para evitar que entre los atascos no cunda el nerviosismo, así como para velar por la seguridad de todos los alicantinos y visitantes, las administraciones han puesto en marcha un fuerte dispositivo de seguridad. En total más de 1.000 personas cuidarán de que todos los actos de fiestas salgan a la perfección.Uno de los actos más destacados y en el que más gente se concentra es en las «mascletaes» que se disparan todos los días a las dos de la tarde en la Plaza de los Luceros. A los alicantinos y a sus visitantes les gusta vivir y escuchar de cerca el sonido de los cohetes, el ritmo ensordecedor, que provoca esta explosión de petardos.Eso sí, las Administraciones también reclaman civismo a los alicantinos. Así lo ha hecho saber la propia alcaldesa de la ciudad, Sonia Castedo, en un bando en el que insta a sus vecinos a respetar la ciudad y a un comportamiento cívico y respetuoso. Si las «mascletaes» son el sonido de la fiesta, al que se suma la música nocturna de los «racós» y barracas, el color lo ponen los diferentes desfiles que se desarrollan a lo largo de los días grandes y que recorren el centro de la ciudad. El más importante para los alicantinos se celebra los días 21 y 22 de junio y se trata de la Ofrenda de Flores a la Virgen del Remedio, patrona de la ciudad. La Ofrenda alicantina es la más antigua de las que se celebran en España, ya que data de 1941. Los primeros años se hizo en un recinto cerrado. Cuando cumplió medio siglo, la Ofrenda empezó a hacerse en la plaza del Ayuntamiento a donde se llevaba en procesión la imagen de la Virgen del Remedio. Este año el recorrido que harán los festeros se iniciará en la Plaza de los Luceros, hasta la plaza del Abad Penalba, frente a la Concatedral de San Nicolás. A su llegada, tras entrar al templo donde los festeros podrán ver de cerca a la patrona, con las flores se irá formando un manto con forma hexagonal compuesto por unos 5.000 ramos. Las encargadas de cerrar cada uno de los desfiles serán las máximas representantes de la fiesta, las Belleas del Foc, Miriam Toré, y Cristina Rodríguez, acompañadas por sus damas de honor. Así, poco a poco, llega el mágico día de la «cremà». A las doce de la noche, «Hechizo de luna» marcará el inicio del momento del fuego. Una vez que la hoguera oficial es ceniza, se abre el plazo para que el resto de monumentos de la ciudad puedan arder.