El inicio del paro de autobuses acaba con una herida y 31 vehículos dañados

Barcelona- La primera de las jornadas navideñas de huelga –de momento se alargarán hasta el próximo lunes– supuso el colofón final a un año lleno de problemas de infraestructuras, transporte y movilidad en general en Barcelona. Desde el día de ayer y hasta el lunes circularán el 50 por ciento de los autobuses entre las 6.30 y las 9.30 horas y el 60 por ciento entre las 17.00 y las 20.00 horas. Dos de los sindicatos con más presencia entre los conductores, CGT y Actub, piden dos días semanales de descanso y de momento Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB), dependiente del Ayuntamiento no se los concede.

Tal como es habitual en días de huelga, se produjo un baile de cifras y las opiniones de los sindicatos en paro y TMB fueron muy dispares. Estuvo entre el 40 y el 80 por ciento. Hubo incidentes y quejas de usuarios, muchos de los cuales no conocían de antemano la huelga. El problema es que muchas de las paradas de la capital catalana se llenaron de ciudadanos impacientes que no entendían el motivo de unas esperas que superaban la media hora.

Herida leve

Según aseguraron fuentes de TMB, un total de 17 autobuses sufrieron diversos tipos de ataques de los piquetes de CGT y Actub. Una pasajera resultó herida en la línea 109 por la calle Entenza después de que los huelguistas rompieran un vidrio con bolas de hierro y también hubo ruedas reventadas. Pese a que a las heridas no revestían gravedad, la mujer tuvo que ser atendida por daños en el pómulo por los servicios de emergencia.

Por su parte, CGT denunció otro incidente. Según aseguraron, agentes de la Guardia Urbana cargó contra un centenar de huelguistas que estaban en las cocheras del Triangle, situadas en el distrito de Sant Andreu. Los representantes de los trabajadores afirmaron que los efectivos policiales desplazaron hasta el sitio a seis furgonetas del Cuerpo y que la carga se produjo a primera hora de la mañana, cuando, a su juicio, empujaron y tiraron al suelo a algunos empleados, sin heridos. Por su parte, la Guardia Urbana negó estas actuaciones y apuntó a «pequeños refriegues sin más consecuencias». No hubo más altercados durante el resto de la jornada. Según TMB, el seguimiento fue del 40 por ciento, mientras que según los sindicatos se paralizó casi el 80 por ciento de los autobuses, no salió ningún vehículo del Triangle y sólo uno de la cochera de Horta.

La concejal de Prevención del Ayuntamiento y presidenta del TMB, Assumpta Escarp, confirmó la mayoría de estos datos y también los incidentes protagonizados por piquetes en las cocheras citadas. Según explicó, hubo grupos de huelguistas que amenazaron a conductores que decidieron no secundar el paro. «Una cosa es hacer una huelga que la empresa cree que no está justificada, pero es legal, y otra, hacer un sindicalismo irresponsable, que no deja libertad para decidir a los conductores», añadió la concejal.

Escarp señaló que TMB mantiene un calendario de mesas de negociación con los representantes sindicales para abordar el decreto que garantiza la aplicación de una normativa europea que fija que todos los conductores, incluyendo los de buses municipales, tienen que descansar media hora por cada seis que hayan conducido. «Ayer –anteayer por el lector– hubo una reunión y no se presentaron los sindicatos, así que la huelga no fue desconvocada», lamentó Escarp.

La jornada de huelga de autobuses coincidió en Barcelona con un día de lluvia y con el inicio de las vacaciones escolares de los niños, por lo que la movilidad sufrió importantes complicaciones. El problema es que no parece que haya solución a la vista. TMB no quiere ceder en los dos días de descanso semanales y esa es precisamente la mayor demanda de los empleados.

Por si fuera poco, medio millar de trabajadores cortaron por la mañana el tráfico en la calle de Sants. Tras ello, celebraron una asamblea en las cocheras del distrito, en la que se acordó mantener la huelga hasta el próximo lunes, como mínimo.