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Mar del Norte

El primer gasoducto directo entre Argelia y Europa

Para la segunda mitad del recién estrenado 2009 estará operativo el único enlace construido hasta el momento a más de 2.000 metros de profundidad en el Mediterráneo

El primer gasoducto directo entre Argelia y Europa
El primer gasoducto directo entre Argelia y Europalarazon

Desde principios de este siglo, los gasoductos ya no se instalan sólo en tierra. Los avances técnicos han permitido disponer de maquinaria y barcos de tendido de tubería en aguas profundas. Uno de los primeros en construirse bajo el mar en Europa ha sido el que une Rusia con Turquía a través del Mar Negro, inaugurado en 2003 y con 395 km de longitud. Llega a sumergirse a 2.150 metros y está prevista su ampliación. En marcha también está el enlace entre Rusia y Alemania atravesando el Mar Báltico o el Langeled, la conexión submarina entre Noruega y Reino Unido bajo el Mar del Norte.
Desde los años 70, en España se está valorando un enlace directo con el gas argelino que, hoy, pasa por Marruecos hasta llegar a Tarifa. Lo que era un sueño en esta década se ha convertido hoy en día en realidad. En diciembre finalizó el tendido del primer gasoducto en aguas profundas del Mediterráneo, 210 kilómetros de tubería que llegan a sumergirse hasta 2.160 metros bajo el mar. Medgaz (Cepsa, Sonatrach, Endesa, Iberdrola y GDF Suez) es la corporación encargada de construir y operar este enlace directo con Argelia, así como de la estación de compresión en el país africano (Beni Saf) y de la terminal de recepción en Almería, donde se entregará el gas natural a Enagás.
Esta conexión es, según Medgaz, «la vía más económica de suministro de gas natural al sur de Europa, porque es la más directa y corta. No pasamos por terceros países y, por tanto, no pagamos canon de tránsito». La capacidad de transporte del gasoducto es de 8.000 millones de metros cúbicos de gas natural al año y, tras las pruebas hidráulicas que comenzarán en enero, estará operativo en la segunda mitad de 2009. La inversión total para esta magnífica obra ha sido de 900 millones de euros.

Pioneros
Cepsa y Sonatrach iniciaron en firme el proyecto de Medgaz en 2001. Posteriormente se incorporaron el resto de accionistas. Tras los distintos estudios medioambientales, así como sísmicos y geotécnicos que aseguraron su viabilidad, en 2007 se iniciaron las obras. Del tendido submarino, –la parte, quizá más compleja– se ha encargado la empresa italiana Saipem con ayuda del Castoro Sei, buque responsable de construir los tramos poco profundos (hasta 550 m) y de la plataforma Saipem 7000, que realizó el tendido en las zonas de hasta 2.160 metros de profundidad. Con la «última soldadura» realizada por otro buque, el Crawler, coincidiendo con la Navidad, el primer gasoducto submarino del Mediterráneo es ya una realidad.
Otra novedad es cómo se va a transportar el gas. Es habitual ver en los principales puertos españoles la entrada de buques metaneros con gas natural, licuado en su origen y que en nuestro territorio se vuelve a transformar en gaseoso. En el caso de Medgaz, el gas irá en estado gaseoso sin pasar por los procesos de licuefacción y regasificación, lo que supone, según Medgaz, que ésta «sea una vía más económica de aprovisionamiento (porque no implica los costes añadidos del licuar, transportar y regasificar) y también más segura de transportarlo (porque no existe el riesgo de que los barcos metaneros se desvíen a terceros países)».
«Sabemos que ya no podemos parar el proyecto, pero no queremos que la gente se olvide de que se han hecho mal las cosas desde el principio. Seguimos con nuestras protestas porque esperamos que se cumplan las promesas de restauración medioambiental». Son las palabras de Juan Pedro González, secretario del Grupo Ecologista Cóndor de Almería, una asociación que ha dado mucha guerra a la construcción del gasoducto desde 2003, cuando se iniciaron las primeras consultas de Medgaz al entonces Ministerio de Medio Ambiente.
A pesar de que desde Medgaz aseguran que el impacto ambiental será mínimo, y que «se ha demostrado con estudios que el gasoducto no afecta al lecho marino, quedando intactas la flora y fauna en todo su recorrido», desde Cóndor no se ven las cosas igual, ya que consideran que «la mejor solución habría sido llevar el proyecto a Cartagena, donde los fondos marinos ya están destruidos por el crecimiento industrial de la zona y, además, porque cuenta con un gasoducto conectado a Albacete».

A debate
Desde Cóndor también afirman que parte del proyecto en tierra, la central de transformación, se ubica en medio de cuatro poblaciones de gran crecimiento urbano, «y tememos por su seguridad». Sin embargo, Medgaz ha superado con éxito todas las declaraciones medioambientales y de seguridad y la Cámara de Comercio provincial les ha concedido el premio Economía 2008 por su impacto en el desarrollo local.
Medgaz también ha llegado a acuerdos con los pescadores que faenan en esta zona como compensación por las molestias que originan las obras. Sin embargo, desde el Grupo Ecologista Cóndor de Almería recuerdan que «todo el cableado eléctrico que protege la tubería en el fondo tendrá una gran incidencia sobre el ecosistema marino, ya que generará un campo electromagnético». Medgaz niega cualquier tipo de cableado en el gasoducto pero el debate está ahí... Al menos, unos y otros saben que el gas natural es una de las fuentes de energía prioritarias para cumplir con las exigencias del Protocolo de Kioto. En eso sí coinciden.