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El relevo

La Razón
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Estamos en el Año de la Astronomía y todo nos lo recuerda. No sólo los 400 años del descubrimiento del telescopio por Galileo, también la inauguración en Canarias de otro telescopio muchísimo más grande y complejo, que dicen que nos permitirá ver casi, casi, el Big Bang. O el envío desde Kazajstan del primer satélite español de observación privada de la tierra, el Deimos 1.Mi efemérides favorita es el aniversario de la llegada del hombre a la Luna. Y acabamos de recordar las imágenes en blanco y negro de la cápsula y de aquella primera huella, la voz animosa de Jesús Hermida, la ridícula polémica de la veracidad… De entre tantas imágenes que se han sucedido en la celebración del aniversario, quiero fijarme en la recepción del presidente Obama a los astronautas de 1969. Me estoy refiriendo al ejemplo de los tres viejos skywalkers que, sin deslizarse por la pendiente de la vanidad, sin recrearse en ese más que merecido homenaje, tomaron uno a uno la palabra para decir: «Gracias, todo esto está muy bien, pero lo importante no somos nosotros sino el progreso del país, continuar con la carrera espacial, llegar a Marte…». Se entiende por qué EE UU es el primer país del mundo. Tendrá demasiados michaeljacksons y bradpitts, pero para una parte importante de su juventud, los ejemplos a imitar son ingenieros como los que crearon Microsoft y Apple, matemáticos como los jóvenes que inventaron Google o estos tres veteranos que piensan más en dar el testigo al próximo relevo, que en recoger los beneficios del reconocimiento.