Literatura

Gerona

«En el 23-F los traidores fueron los héroes»

En «Soldados de Salamina» la guerra civil no era sólo una historia de buenos y malos y los héroes eran soldados desconocidos. Ahora, con «Anatomía de un instante» construye una narración apasionada del golpe del 23-F, tampoco sin héroes y épica.(Artículo «La historia congelada» publicado el 26 de marzo sobre la publicación del libro de J. Cercas)

Javier Cercas fotografiado junto a las Cortes, escenario de su último libro
Javier Cercas fotografiado junto a las Cortes, escenario de su último librolarazon

Javier Cercas quería escribir una novela sobre el golpe de Estado del 23-F, pero acabó contando una «historia verdadera», «Anatomía de un instante» (Mondadori), libro que huye de la ficción y los héroes. Dos motivos le impulsan con fuerza a escribir este libro: la figura de Suárez y la de su padre, admirador del ex presidente, que poco antes de morir le confiesa por qué le gustaba: «Porque era como nosotros». «Empecé a escribir este libro –confiesa– al ver la imagen de Suárez sentado solo en el parlamento frente a Tejero. Está preñada de sentido y es eso lo que me arrancó a intentar investigar qué tenía esa imagen. Lo realmente enigmático no es aquello que nadie sabe, sino eso que todos hemos visto y de lo que, sin embargo, no acaba de desvelarse su significado». -¿Es su padre quien le da la clave cuando le explica por qué admiraba a Suárez? -Había un intento de entender a esa generación, pero era muy vago al principio y se impuso como algo inevitable, sobre todo cuando se produjo esa extraña coincidencia en julio de 2008 entre la aparición de Suárez y la muerte de mi padre el mismo día. Entonces pensé que había muerto para que escribiera el libro. -La historia del 23-F es conocida, pero no existía el relato. ¿Ha sido esa su tarea?-Sería muy grande haber contado la historia partiendo de todos los datos que existen del 23-F, son abrumadores. Ojalá haya conseguido escribir una historia inteligible para todos; si este libro no lo entiende un japonés es que no funciona. Tú puedes saber quiénes son los generales Armada y Quintana Lacaci, pero un chino no, y un chaval de dieciocho años no sabe ni quién es Suárez. El libro tiene que funcionar como una novela, que lo entiendas aunque no sepas nada de la historia. -En «Soldados de Salamina» un personaje dice que quiere escribir una historia verdadera. ¿«Anatomía de un instante» sigue respondiendo a esa intención? -Hay algunas diferencias. En cierto sentido, este libro es lo contrario a «Soldados de Salamina», porque allí se decía «quiero escribir un relato real», pero acabó siendo una novela. En cambio, ahora yo quería escribir una novela sobre el 23-F y acabé escribiendo algo que no es ficción. Entre otras cosas, porque había tal cantidad de leyendas y ficciones sobre el 23 de febrero que añadir más era redundante. Lo que he hecho es pasar la escoba y limpiar de ficciones el golpe. -No hay héroes y habla de que pudo triunfar algunos de los tres golpes. -Lo que digo es que lo que funcionó fue el fracaso del golpe. El golpe de Tejero, el de Milans de Boch y el de Armada, fracasan los tres, lo que ocurre es que entonces se dijo que uno de ellos triunfó porque había habido una cierta retracción de la democracia, cosa lógica. Con el fracaso del golpe acabó la transición y, en cierto sentido, la guerra civil. Otra cosa es que algunos de los objetivos de varios de los golpistas se cumplieran; por ejemplo, el afianzamiento de la monarquía en España. -También invierte los papeles clásicos: Suárez es el verdadero héroe y no el Rey. -Yo no creo ni que haya que canonizar al Rey ni demonizarlo, porque es una persona como nosotros que a veces acierta y otras no, y en el caso del golpe de Estado lo que ocurre es que, por un lado, fue él quien lo paró. Ahora bien, que la actuación del Rey previa al golpe fuera ejemplar, pues no, porque no lo fue la de la clase política en general y el Rey formaba parte de esa clase dirigente. -Como en su libros anteriores, persigue a los héroes. -Aquí hablo más de los héroes de la retirada, siguiendo el término de Enzensberger. Suárez es el héroe del apaño, de la negociación, de la grisura, es el traidor. Pero hay tres en esta historia: Suárez, Gutiérrez Mellado y Carrillo, los que no se tiran al suelo cuando entra Tejero. Fueron traidores del Movimiento, del ejército de Franco y del estalisnismo. A veces, es mucho más difícil la traición que la lealtad, y en el 23-F los traidores fueron los héroes. -Se habla de memoria histórica, pero nadie lo hace de la historia de sus padres. Usted sí. -La expresión memoria histórica no tiene sentido. La memoria es individual y subjetiva; la historia es colectiva y aspira a ser objetiva. La izquierda parece que no quiere saber nada de la transición y eso está en el libro. ¿Que mi padre era falangista? Pues sí, y de Acción Católica, como lo fue Suárez. ¿Y qué pasa? Cada uno es como es y acertó en algunas cosas y se equivocó en otras. -Ahora que la izquierda quiere ajustar cuentas con la transcición, usted la defiende. -Me parece un error, porque la izquierda también hizo la transición, y razonablemente bien. ¿Que no fue perfecta? Es que la historia nunca se hace a la perfección. ¿Que es una versión disfrazada del franquismo? Qué sabrán del franquismo...

El libro más complicadoJavier Cercas (Ibahernando, Cáceres, 1962) vive en Gerona. Muy cerca de allí situó la historia de «Soldados de Salamina», libro que le colocó entre los narradores españoles contemporáneos más importantes. Anteriormente había publicado «El móvil», «El inquilino», «El vientre de la ballena» y «La velocidad de la luz». «Anatomía de un instante» es, reconoce, la obra que más le ha costado escribir.

(Lea el artículo publicado el 26 de marzo)