Ciencias humanas

Hacia una vacuna contra las lombrices intestinales

Un estudio con participación de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) podría sentar las bases del diseño de una vacuna para prevenir la acción de los parásitos del género «Ascaris», causa de una de las infecciones por lombrices intestinales más comunes, ya que afecta al 25 por ciento de la población mundial con una especial incidencia en niños, según un artículo publicado en el último número de la revista «Proceedings of the National Academy of Sciences» (PNAS). En concreto, la investigación desgrana uno de los mecanismos que el parásito emplea para resistir las defensas de organismo infectado.

Como explica el investigador del CSIC, Francisco Xavier Gomis-Rüth, estas lombrices pueden vivir ancladas en el intestino humano durante años y llegar a una longitud de 35 centímetros. De este modo, «para poder resistir en un medio tan agresivo, estos parásitos han desarrollado toda una serie de estrategias para evadir los mecanismos de defensa de los huéspedes infectados», añadió este experto, que con sus colaboradores han analizado uno de esos mecanismos de defensa: la producción por parte de la lombriz del inhibidor ACI. Esta proteína impide la acción en la persona infectada de las metalocarboxipeptidasas, enzimas alojadas en el intestino que no sólo participan en los procesos digestivos, sino también en la defensa del organismo frente a los patógenos por medio de los mastocitos, células clave del sistema inmune del cuerpo humano. Así, los investigadores han analizado la distribución del inhibidor ACI en diferentes tejidos y estadios de evolución de lombrices de la especie «Ascaris suum», además de analizar la estructura tridimensional de ACI en acción conjunta con una carboxipeptidasa humana.

Los parásitos nematelmintos del género «Ascaris» causan una de las infecciones más comunes por lombrices intestinales, con unos 1.500 millones de personas infectadas en todo el mundo y especial incidencia en la infancia y en países en condiciones sanitarias precarias. "Su contagio se encuentra asociado con una higiene personal deficiente, condiciones sanitarias insuficientes o lugares en los que se utilizan heces humanas como fertilizante", explicó Gomis-Rüth en un comunicado. La infección, denominada ascariasis, tiene lugar cuando se ingieren alimentos o bebidas contaminadas con huevos de las lombrices. Tras un proceso inflamatorio inicial que puede incluir fiebre y tos, su presencia en el intestino puede conllevar anemia, palidez, pérdida de peso y malestar general. Asimismo, los gusanos adultos pueden llegar a producir oclusiones en el intestino, ictericia o, incluso, cálculos biliares.