Nueva York

«I have a dream»

La Razón
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Martin Luther King tuvo un sueño (I have a dream), un sueño que se materializó décadas después de su muerte cuando los americanos eligieron por primera vez en su historia a un presidente de color: Barack Hussein Obama. Pero la frase de líder negro asesinado en Memphis en 1968 iba más allá, ya que en la elección de Obama no ha supuesto ni supondrá el final de la discriminación racial en los Estados Unidos. El pensamiento de Luther King trascendía la simple elección de un presidente de color y se adentraba en la verdadera esencia del problema norteamericano: la igualdad entre las personas, independientemente de su color, su religión o su sexo. Esa igualdad social en derechos y deberes consagra hoy las principales constituciones del mundo libre entre las que figura la aprobada por los españoles en 1978. Ese pensamiento del mundo occidental sigue hoy más vigente que nunca, pues no se concibe una sociedad moderna y progresista que no tenga entre sus principales valores la convivencia y cohesión ciudadana. Y que duda cabe que la convivencia y cohesión ciudadana son la consecuencia directa del Estado del Bienestar Keynesiano y la igualdad de quienes viven y disfrutan de él. Hoy los murcianos celebran el XXVII aniversario de su Estatuto de Autonomía, una norma que establece las reglas de juego que permiten esa convivencia y mantienen fuerte la cohesión social de todas sus gentes, con las lógicas discrepancias y pareceres que caracterizan a toda social plural, abierta, responsable y democrática. Los murcianos tienen hoy, en su día principal, un doble sabor. Dulce para quienes lograron la victoria electoral más apabullante de su historia (61,55 por ciento de los votos para el PP), y amargo, para quienes sufrieron el correctivo más duro también de toda la democracia (29,63 por ciento de los votos para el PSRM). Las causas de esa doble cara de la moneda las analizaré otro día. Hoy sólo quiero apelar a lo verdaderamente importante y fundamental del momento, que no es otra cosa que la celebración del día de la autonomía murciana y felicitar a todos por el ejemplo democrático derivado de esa y muchas otras jornadas anteriores y, sobre todo, llamar a la reflexión de lo importante para Murcia sea cual sea el color político que uno sienta. Esto es la convivencia y su cohesión social, claves sin duda del protagonismo de los pueblos y a los que Murcia nunca debería renunciar porque en ello está el camino, tal vez abandonado por algunas formaciones que ahora lamen sus heridas, del logro de todos los sueños. I have a dream. Yo también sueño con llegar a Madrid con el AVE en apenas dos horas y a Francia en menos de cuatro y volar desde Corvera a Nueva York sin apenas despeinarme y al lado de casa y que el agua corra por las venas de nuestros bancales para alimentar los frutos que llevaremos a todo el mundo. Porque soñar es bonito y los sueños que se persiguen acaban cumpliéndose.