Castilla-La Mancha

Inmigrantes sin trabajo y con hipoteca

Más de 30.000 ecuatorianos se han visto obligados a volver a casa. La mayoría no podía hacer frente a sus préstamos y regresan en busca de una segunda oportunidad

Ecuatorianos concentrados en Madrid por las últimas elecciones generales de su país
Ecuatorianos concentrados en Madrid por las últimas elecciones generales de su paíslarazon

Madrid- La crisis económica ha acabado con una década prodigiosa. El colectivo ecuatoriano, después de adaptarse a las costumbres españolas, se ha visto obligado a regresar a casa con la maleta llena de recuerdos y con la esperanza de poder volver cuando la situación cambie. Ésta es la situación de los más de 30.000 ecuatorianos que han emprendido el camino de retorno en el último año. La aventura comenzó en 1997, cuando la dolarización del Sucre disparó la inflación y funcionó como un resorte para los que decidieron dar el salto al charco. La población ecuatoriana, que tradicionalmente emigraba a EE UU, se decantó por España, un país en pleno auge, lleno de oportunidades y con el que les une una lengua e historia común. Además, para entrar sólo hacía falta tener el pasaporte en vigor. Esta autopista se cerró en octubre de 2003, cuando el Gobierno español comenzó a exigir visado y a vigilar las rutas directas y secundarias (a través de Holanda e Italia). Las mujeres, la avanzadillaLas primeras en llegar fueron las mujeres, que se ganaron el derecho a reagrupar a su familia a base de trabajar en el servicio doméstico. Los siguientes fueron probando fortuna en la agricultura, los transportes y las infraestructuras. Poco después, a finales de los 90, las buenas perspectivas animaron a los estudiantes y la clase media ecuatoriana: administrativos, odontólogos, psicólogos, abogados, economistas e ingenieros que, tras homologar sus titulaciones, se adaptaron a la perfección a la sociedad. En España residen actualmente 415.535 ecuatorianos (más 20.000 irregulares), lo que les convierte en el colectivo suramericano más numeroso.Su adaptación fue tan fácil que pronto decidieron seguir los pasos de los españoles e hipotecarse para comprar una vivienda. Ésa ha sido su perdición. El cambio de rumbo de la economía ha dejado a familias enteras sin trabajo y sin posibilidades de pagar las letras del piso: 48.219 ecuatorianos tenían derecho al subsidio de desempleo en marzo. A pesar de todo, han rechazado el retorno voluntario ofrecido por el Gobierno porque consideran que «las condiciones económicas no son buenas» y porque «exige un compromiso de no retorno en un periodo de tiempo que no están dispuestos a asumir», según explica el presidente de la asociación Rumiñahui, Raúl Jiménez. Los ecuatorianos han elegido mayoritariamente Madrid para fijar su residencia (138.667), por delante de Cataluña (80.994), la Comunidad Valenciana (52.866), la Región de Murcia (47.437), Andalucía (23.412), Castilla-La Mancha (13.863), Islas Baleares (13.538), Aragón (11.521) y Navarra (11.499).