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La Duquesa de Alba y su novio hacen su primer viaje a Europa

La Razón
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Los médicos no quitan ojo a Cayetana Fitz-James Stuart. Están encima de ella, como muchos se imaginan que también lo está -soñar no cuesta nada- el cuestionado, repudiado y polémico Alfonso Díez. Constante y testaruda, la Duquesa de Alba ha mantenido su promesa de hacer un viaje otoñal, ya que parece que, al final, no habrá boda. Una lástima, porque resultaría interesante ver qué hijos están realmente con su desaforada pasión y cuáles la repudian. Cayetana ha seguido los consejos de sus médicos y eliminó de sus planes el exótico desplazamiento a Egipto, cuyo canal de Suez inauguró su antepasada Eugenia de Montijo ya convertida en emperatriz de los franceses. No parecían oportunas ni recomendables, a causa del estado de la aristócrata, las cinco horas de viaje en avión, el calor, las comidas y también el incesante traqueteo que supondría ir de las pirámides a la Esfinge de sonrisa enigmática, es lo que más gusta e inquieta de aquella zona monumental. Luego vendrían Luxor y Abud Simbel, más vaivén, incluso yendo en tren o cogiendo un avión, ahora que la sentimentalmente veinteañera le ha perdido el miedo. La descortesía de Miró Como no era cuestión de anular los planes, buscó un destino más cercano, aunque casi con los mismos inconvenientes. ¿París o Roma?, fue la disyuntiva. Y, aunque no ha confirmado nada a su coro de fieles o a sus chicas de la Cruz Roja, compuesto por Carmen Tello, Ana María Abascal o Dolores del Pozo, se sabe que este fin de semana empiezan el periplo. Parece que se ha impuesto la Ciudad Eterna, tan llena de antigüedades. Seguramente, este viaje consolidará el mutuo afecto que la llevó a denigrar a Gonzalo Miró, ennoviado con su hija Eugenia. Como llamó «individuo» al galán de la octogenaria Duquesa, Cayetana soltó sapos y culebras, especialmente porque no le ha perdonado lo que pasó la Navidad pasada en Liria cuando, después de cenar, todos se preparaban para ir a la Misa del Gallo: «Yo no voy, porque soy ateo», espetó el hijo de Pilar Miró dejando a los demás patitiesos. Fue un grito rebelde que nadie se había atrevido a pronunciar. Cayetana se lo tomó como una descortesía, ya que estaban en su casa. Aunque el amor espolea su curiosidad viajera, al final no asistirá a recoger la medalla que le otorga el Spanish Institute de Nueva York, que preside Óscar de la Renta. En su lugar, y como cabeza visible de la dinastía, dicen que acudirá su hijo Carlos Martínez de Irujo, Duque de Huéscar, futuro Duque de Alba y supuesto cabeza de la ofensiva para que su madre retome la sensatez. Algo que parece vivir Falete después del escándalo con presunto secuestro de su ex prometido Isaac. Y, aunque el chaval de 24 años aparecía como supuesto chulango del folclórico, lo dejó claro en «¿Dónde estás corazón?» durante una noche realmente infartante: «Yo avalé unas deudas de Falete al hipotecar mis dos casas de Sevilla. Aunque ya no nos casamos, celebraré igual la despedida de soltero, porque había comprado la comida y no pienso desperdiciarla. Y de aprovechado, nada, porque Falete me debe 150.000 euros», ratificó.