La familia cristiana sin complejos

MADRID- Con la seguridad que da la experiencia, los organizadores se dedicaban ayer a ultimar los detalles. Y en conventos y hogares, muchos han rezado para asegurarse que la climatología acompañe al evento. La fiesta empezará mucho antes de su inicio oficial, mucho antes de la conexión en directo con el Papa Benedicto XVI, que desde Roma, y merced a las maravillas de las nuevas tecnologías, se dirigirá a los peregrinos de la Plaza de Colón durante su tradicional alocución del Ángelus. Como el año pasado, las televisiones llevarán el espíritu del encuentro a hogares de toda España e incluso del extranjero. El evento del pasado 30 de diciembre fue emitido por las televisiones italianas, que recordaban con orgullo su precedente, el «Family Day» celebrado en Roma. Además de la cobertura en directo de Telemadrid, Popular TV e Intereconomía, cabe esperar que los telediarios de todas las cadenas se hagan eco de la enorme concentración. Antes de lo solemne, lo festivo. Previamente a la celebración en sí, se cantarán villancicos y se ensayarán los cantos de la misa. Los niños abarrotarán la plaza y sin duda serán los más entusiastas coristas de las canciones navideñas. Contará con la participación, además, de dos coros durante la celebración. El primero de ellos es el coro de la catderal de la Almudena, dirigido por Félix Castedo, maestro de capilla de la catedral. También participará un coro del Camino Neocatecumenal que tendrá un especial protagonismo en los salmos. Son muchas las familias que han expresado su alivio por el formato de este año. No sólo es logísticamente más cómodo (el año pasado muchos tuvieron dificultades para poder comulgar, ya que el acto fue tan solo una celebración de la Palabra) sino que será más breve, algo que se agradece cuando se llega con niños pequeños. Capillas «móviles» Para facilitar la comunión a la enorme muchedumbre, se ha previsto dejar abiertas las parroquias colindantes adonde se llevarán todas las formas consagradas sobrantes de la Eucaristía. Las formas se trasladarán a las parroquias en unas «capillas móviles», unos vehículos adaptados que incluyen retablos e iconos de la Virgen del Perpetuo Socorro. Y eso, a pesar de que se cuenta con más de 500 ministros de la eucaristía (sacerdotes, seminaristas y laicos preparados) para repartir la comunión. Al final de la eucaristía de este año se hará una colecta para sufragar los gastos. A diferencia del año anterior, en esta ocasión no hay «teloneros», no hay líderes de movimientos haciendo discursos preparatorios. Es una misa. El protagonista es Dios, es la eucaristía.