Laila Ripoll sueña a Frida Kahlo

Cuenta Laila Ripoll, autora y directora de algunas de las propuestas con más personalidad de la escena madrileña contemporánea, que cuando visitó Centroamérica en 1996, Frida Kahlo no era aún en España el símbolo que es hoy en día. Pero sí lo era ya allí: uno de esos personajes interminables, tan poliédrico como su leyenda posterior. A partir de sus diarios, Ripoll construyó «Árbol de la esperanza», texto convertido ahora en obra de la compañía Micomicón, donde une sus fuerzas, como autora y directora, con las de otra veterana, Amaya Curieses, que da vida a la maltrecha pintora en su doliente e inseparable lecho en sus últimos momentos.

Desdoblada en sí misma
Convertida en un despojo físico -arrastra desde joven una columna destrozada que la obliga a llevar unos incómodos arneses-, Frida siente desde su cama una presencia y se despierta: hay allí una muchacha. «La niña es una constante en su pintura -explica Ripoll-: son las dos Fridas, ella siempre se representaba desdoblada, por un lado la mujer que sufría, por otro la niña que fue». En esta obra no aparecen su eterno e infiel marido Diego Rivera, ni su amante, Trotsky. «Es una obra desde la perspectiva de una mujer sufriente, de hecho no se habla de Frida ni de Diego», cuenta la autora, a quien le interesó el personaje «sobre todo como referente, como mujer y artista, para las mujeres».

- Dónde: S. Cuarta Pared. C/ Ercilla,17. Madrid. ?cuándo: Del 10 al 27 de enero. ?Cuánto: 11 euros. Tlf. 91 517 23 17.