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Los mil mundos del islam

Los mil mundos del islam
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Todas las influencias culturales. Desde la Península Ibérica hasta Mongolia. El historiador y especialista Oleg Grabar, autor de «La formación del arte islámico» (Cátedra), lo explicó con suma claridad: su pintura, su arquitectura y su escultura es fruto de una síntesis de todos los países por los que se expandió la palabra de Mahoma. La apertura de la exposición «Los mundos del Islam», comisariada por Benoît Junod, que ayer inauguraron los Reyes y el príncipe Aga Khan en la sede de CaixaForum Madrid, permite contemplar cómo adoptó formas, estructuras y elementos decorativos tradicionales procedentes de raíces tan diversas como Roma, Persia, Turquía, el Magreb o China. «Es un arte de todos. No puedes condenar esta cultura porque estás criticando la tuya propia –recordó Benoît Junod–. Desde Al-Andalus hasta las tierras de Asia. Existen puntos comunes, rasgos de todos esos países por los que el Islam pasó. Es una herencia universal».

El papel de un mecenas

Todas las piezas expuestas en CaixaForum, un conjunto de 190 objetos que abren y cierran 1.400 años de historia (el 95 por ciento de ellos jamás se habían visto en España con anterioridad), proceden de los fondos del Museo Aga Khan. El príncipe Aga Khan es el cuadragésimo noveno imán hereditario de los musulmanes ismailíes chiítas, y descendiente directo del Profeta. A su amparo se ha creado esta colección, una de las más relevantes que existen de arte islámico y que contará con un museo propio en la ciudad de Toronto que espera abrir sus puertas entre 2012 y 2013. «Tendrá 300 obras, porque vamos a primar las exposiciones temporales y la rotación de las obras», explicó Junod.

Los visitantes, de momento, pueden disfrutar con capiteles de delicadas molduras; un astrolabio con inscripciones árabes, hebreas y latinas; sedas tintadas con colores vivos y figuras vistosas; una impactante colección de manuscritos (la cultura islámica no tuvo imprenta hasta el siglo XVIII y su elaboración manual de libros se convirtió en una exquisita y bella manufactura, como reflejan los ejemplares de El Corán que se exhiben en esta muestra); una selección de cerámica y orfebrería de oro con inscripciones abstractas y vegetales, y una prenda de vestir masculina del siglo XIII o XIV que se ha conservado en perfectas condiciones. «El problema que existe en la actualidad es el desconocimiento de esta cultura. La exposición sirve para mostrar que el Islam es tolerante y abierto», comentó Junod. Entre las obras expuestas sobresalen una serie de páginas miniadas (en una se ve una extraña máquina para hacer sangrías) donde se percibe la fuerza que tiene la figura humana en este arte y cómo su representación refleja las características y trazados del dibujo oriental.