Cuba

Obama tiende la mano a Cuba

Washington dio ayer un primer paso para aliviar los más de 40 años de embargo a Cuba y acercar posturas con Raúl Castro.

Obama tiende la mano a Cuba
Obama tiende la mano a Cubalarazon

WASHINGTON- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ordenó ayer levantar las restricciones impuestas por su predecesor, George W. Bush, en 2004 a los viajes de cubanos residentes en EE UU y a los envíos de remesas a Cuba. La decisión de Obama no sólo anula las restricciones impuestas en junio de 2004 por Bush, sino que va más allá al eliminar las limitaciones en cuanto a tiempo y frecuencia a las visita de cubanos residentes en Estados Unidos a Cuba. Además, Washington facilitará las comunicaciones con la isla. En junio de 2004, en precampaña electoral para su reelección, Bush impuso las restricciones alegando que servirían para acelerar la transición de Cuba hacia la democracia. Bush aplicó restricciones a las medidas adoptadas por su predecesor, el demócrata Bill Clinton, quien acabó con la prohibición total de viajes a Cuba, aunque los limitó a un viaje por año para cada familia.Las restricciones de la Administración Bush, vigentes hasta ahora, limitaban las visitas a miembros de la familia directa a una vez cada tres años y a una estancia máxima en la isla de 14 días. Los gastos máximos por día de los visitantes se limitaron a 50 dólares, comparados con los 164 autorizados anteriormente.Antes de esas medidas, en 2003 unos 117.000 cubano-estadounidenses y más de 60.000 residentes visitaron Cuba. Con antelación al plan Bush, los cubano-americanos enviaban al año aproximadamente unos mil millones de dólares en remesas a sus familias. En 2004, EE UU además restringió el envío mensual de paquetes y prohibió el envío de ropa y artículos de higiene personal, pero mantuvo en pie la posibilidad de que se mandaran medicamentos y alimentos. En cambio, la Administración Bush aumentó el apoyo financiero y político a la disidencia interna, y la transmisión de las señales de Radio y TV Martí desde aviones estadounidenses en aguas internacionales. Tras anunciar esta medida, Obama pidió al Gobierno castrista para que no interfiera en los envíos.La disidencia interna cubana expresó ayer su satisfacción por las medidas que alivian en parte las penurias económicas por las que atraviesan los cubanos. Representantes de la oposición agregaron que ahora la pelota está en el tejado del Gobierno que preside el general Raúl Castro, al que reclaman que libere a los presos políticos y permita la salida de los cubanos de la isla de manera libre. «Es una medida excelente, muy positiva, que el pueblo cubano va a recibir con alegría», declaró el economista Óscar Espinosa Chepe, uno de los 75 apresados en la «primavera negra» de 2003, que ahora tiene licencia extra-penal.Miriam Leiva, fundadora de las Damas de Blanco (familiares de los apresados en 2003), señaló que la decisión «borra una separación artificial de las familias y permite ayudar a los necesitados de aquí». Vladimiro Roca, de la Agenda para la Transición, resaltó que las medidas de 2004 «perjudicaban al pueblo y no al régimen».

Sigue la represión: ahora van a por los cocinerosEl restaurador cubano Juan Carlos Fernández García puede dar con sus huesos en la cárcel por el simple hecho de haber tenido éxito como empresario en un país donde la iniciativa personal está perseguida como la peste. La vigorosa andadura del «Hurón Azul» su «paladar» habanero (mini-restaurantes privados permitidos por el régimen castrista), muy apreciado entre los empresarios extranjeros que podían permitirse cerrar sus tratos en este establecimiento, ha sido frenada en seco por el régimen castrista. El Gobierno Constitucional cubano en el exilio informó ayer a este diario de que el delito que se le imputa al hostelero es haber triunfado en su negocio, tener empleadas a más de doce personas, estar a punto de fundar «un imperio libre dentro del corazón del monstruo, apoyar a un grupo de artistas, subvencionar exposiciones y convertirse en un eficaz promotor cultural independiente». Ante la buena marcha del negocio, el empresario cubano había ampliado su negocio y adquirido neveras y otros bienes para su «paladar». Además, apadrinaba a diversos artistas cubanos, para lo que organizaba exposiciones en su restaurante.