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«Pactas porque tu hijo no está ahí»

La Razón
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madrid- No fue el de ayer un día fácil para José Luis Rodríguez Zapatero y su Gobierno. El jefe del Ejecutivo y varios de sus ministros tuvieron que soportar estoicamente las increpaciones que algunos de los asistentes al funeral de Estado por el guardia civil Raúl Centeno les dedicaron. Las duras amonestaciones, con alusiones al proceso de negociación con los terroristas abierto por el Gobierno del Partido Socialista en la Legislatura, se produjeron tanto en el exterior como en el interior del recinto de la sede de la Dirección General de la Guardia Civil en Madrid.

Reproches

Zapatero llegó minutos antes de que comenzase la ceremonia y se dirigió a la capilla ardiente para dar el pésame a los familiares. Pero su verdadero vía crucis llegaría cuando el acto tocaba ya a su fin. Las autoridades que asistieron al emotivo funeral vieron cómo después de que el féretro abandonase el patio de la sede del Instituto Armado camino del cementerio, varios familiares se acercaban al presidente del Gobierno para echarle en cara su política antiterrorista. «Pactas con terroristas porque no es tu hijo el que está ahí», le espetaron.

No fue el único reproche que tuvo que soportar. Con el ataúd todavía en un extremo del recinto, varios de los asistentes comenzaron a increpar tímidamente a Rodríguez Zapatero. «¡Fuera, fuera!» o «¡traidor!» fueron algunos de los gritos.

El ambiente estaba tan enrarecido que dio la impresión de que la salida del jefe del Ejecutivo y de la delegación gubernamental que lo acompañaba se aceleraba para evitar que tuvieran que seguir escuchando las descalificaciones.

Pero el clima del exterior era aún más gélido. Las increpaciones y las críticas se detuvieron cuando salió la Familia Real, sonoramente ovacionada. Pero cuando Rodríguez Zapatero y sus ministros alcanzaron la puerta principal de las dependencias de la Benemérita, volvieron a arreciar los abucheos y las descalificaciones. Unas decenas de personas allí congregadas profirieron insultos de suma gravedad como «¡hijo de puta!», «¡no tienes huevos, Zapatero!» o «¡échale huevos, Zapatero!».

El mismo grupo aplaudió profusamente al líder del PP, Mariano Rajoy, y a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que abandonaron el lugar después del presidente. Los manifestantes congregados en la calle permanecieron en el lugar hasta la salida de los coches oficiales y continuaron con sus gritos de censura o apoyo hasta que los vehículos se alejaron del edificio de la Guardia Civil.

No es la primera vez que Zapatero es increpado en un acto público por parte de los asistentes. Hace un par de años, en el desfile del Día de la Hispanidad, decenas de personas situadas en una tribuna próxima a la de autoridades también arremetieron contra el jefe del Ejecutivo mientras este esperaba a los Reyes.