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Pekín se enreda en su Tiananmén musulmán

Cientos de policías antidisturbios se desplegaron ayer por las calles de Xinjiang
Cientos de policías antidisturbios se desplegaron ayer por las calles de Xinjianglarazon

Pekín- Han hecho falta más de 100 muertos para poner a Xinjiang en el mapa. Las tensiones de esta gigantesca periferia occidental de China, habitada por una minoría musulmana de origen turco, habían quedado siempre eclipsadas por los problemas de otra región colindante y mucho más bella: Tíbet. Pero este papel secundario en la historia de las minorías reprimidas acabó ayer a tiros, cuando Pekín admitió que al menos 156 personas murieron y más de 800 resultaron heridas en los disturbios registrados el domingo en Urumqi, capital de esta semidesierta región autónoma.La cifra provisional de cadáveres (que podría revisarse al alza en las próximas horas) sitúa la gravedad de los hechos inmediatamente detrás de Tiananmén. Y es que la matanza del domingo ocupa ya el segundo puesto en el ranking de las represiones policiales registradas en el gigante asiático en el último cuarto de siglo.La gravedad de los hechos está clara, pero no es tan nítido cómo ocurrieron. La reconstrucción oficial y las imágenes emitidas por la televisión pública son prácticamente el único material disponible para entender qué pasó. Y es difícil hacerse una idea imparcial. Parece claro, eso sí, que los disturbios empezaron durante una manifestación convocada por asociaciones iugures para pedir justicia al Gobierno chino en relación a una macro-pelea que ocurrió hace semanas en una fábrica situada en el otro extremo del país, en la sureña Guandong. Allí, en una expresión más del odio interétnico, chinos de etnia Han (la mayoritaria) y iugures se enfrentaron a golpes, con un saldo de dos muertos musulmanes y cientos de heridos.Es evidente que las tensiones y el resentimiento acumulado durante años caldearon los ánimos hasta hacer saltar la chispa de la violencia. La televisión estatal mostró a varios civiles «han» sangrando y con heridas aparentemente graves. Un extranjero que pasaba por allí narró agresiones parecidas: iugures persiguiendo a chinos «han» para lincharlos.A partir de aquí empieza la incógnita, lo que la propaganda ni siquiera se molesta en explicar. Y es que 156 muertos y 800 heridos son demasiados incluso para una batalla campal entre una turba sedienta de venganza y una fuerza policial sin escrúpulos. La hipótesis con más sentido es la que apunta que se produjo una revuelta popular en la que la Policía y el Ejército aplicaron implacablemente la ley de las armas.Cerrojazo en internetPor supuesto, el cerrojazo informativo ha sido total: Internet se «cayó» en amplias zonas de la capital y los teléfonos sufrieron cortes. Turistas extranjeros y periodistas internacionales fueron detenidos, expulsados, e incluso se les destrozaron las cámaras. Aunque algunos análisis han proclamado una nueva victoria de internet sobre la censura, las únicas imágenes en las que se ve algo son las que ha distribuido el Gobierno chino, mientras que nadie ha podido recoger testimonios de los participantes en la revuelta. Una dura persecución policial está a la vuelta de la esquina, algo que el propio Gobierno chino ha adelantado, confirmando la detención de cientos de personas.En paralelo a la batalla policial, se libraba la guerra por la información. El gobernador de Xinjiang, Nuer Baikeli, no pestañeó al afirmar que los enfrentamientos fueron incitados por fuerzas extremistas en el extranjero (una referencia a organizaciones terroristas internacionales y a las asociaciones iugures en el exilio), apuntando a lo que en China se conoce como las «tres fuerzas»: el separatismo, el terrorismo y el extremismo religioso.Por su parte, los exiliados uigures insistieron en que ellos no tienen nada que ver con las revueltas. Según su versión, lo que ocurrió fue una reacción previsible ante el resentimiento de los musulmanes por la discriminación que sufren desde hace décadas a manos de los chinos «han».

Antecedentes violentos1/ Septiembre, 1993Un cómic sobre musulmanes y cerdos publicado en una revista satírica china provoca masivas protestas en las provincias de Gansu y Qinghai. Durante el desalojo de la mezquita de Xining, miles de policías hirieron al menos a diez personas.

2/ Febrero, 1997Cerca de un millar de granjeros iugures y jóvenes desempleados provocan graves destrozos en la ciudad de Yining, cerca de la frontera con Kazajistán. China confirma que hubo 9 muertos y 198 heridos. Los iugures elevan la cifra de fallecidos a noventa.

3/ Agosto, 2008Diecisiete policías son asesinados en un ataque con granadas y cuchillos en la ciudad de Kashgar, en Xinjiang. Seis días después, separatistas musulmanes lanzan una docena de ataques suicidas en Kuqa, en los que mueren once personas.