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Quiero ser como Messi

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Quiero ser como Messilarazon

Pase lo que pase el miércoles en Roma, el Barça de Guardiola ha hecho historia. Ha jugado un fútbol extraordinario y nadie le puede quitar ya el doblete. El éxito de los azulgrana es también el éxito de la política de cantera del club. Desde el propio Guardiola y su ayudante, Tito Vilanova, hasta buena parte de la plantilla -Valdés, Puyol, Piqué, Busquets, Xavi, Iniesta, Messi o Bojan- se han formado en La Masía. Carles Folguera, ex jugador de hockey, es su director desde 2003 y enseñó a LA RAZÓN los secretos mejor guardados de esta «fábrica» de talentos. En La Masía conviven 60 jóvenes de varias nacionalidades. Cuando estas instalaciones abrieron sus puertas, en 1979, había espacio para 20. En 1993 se amplió el número hasta 33 y en 1998, la cifra subió a 60. No todos viven en La Masía. Sólo hay espacio para 12, los más jóvenes. «Los chicos que vienen con doce o trece años se instalan aquí, en habitaciones compartidas y con un educador las 24 horas, mientras que los más mayores tienen habitaciones más individualizadas enfrente, en el Camp Nou, para que tengan un poco más de intimidad como co- rresponde a su edad», explica Folguera. Entrar en la familia de La Masía no es fácil. Hay poco espacio y muchos candidatos. «Quien decide los chicos que van a venir son los servicios técnicos y toda su red de ojeadores que ve partidos y detecta talentos. Hay veces que algunos jóvenes vienen una semana para probar y, en otras ocasiones, no hacen falta pruebas y se instalan definitivamente», relata el director de La Masía. Todos los gastos corren a cargo del club. «Es como si estuvieran becados», añade. La vida de los jóvenes de La Masía transcurre entre el colegio y los entrenamientos. «Todos se levantan a las 6:45. A las siete bajan al comedor para desayunar y luego llegan los autocares para llevarles al colegio. La mayoría van al León XIII, aunque según los horarios hay excepciones». Excepto el primer equipo y el Barça Atlétic, el resto de categorías programan sus sesiones por las tardes, para que los jóvenes puedan compaginar sus estudios con la práctica del deporte. Así que después de las clases, les toca ir a entrenar. Folguera dirige un equipo de personas que se encargan de controlar todo lo que sucede en La Masía. Tiene pedagógos y educadores propios, mientras que los psicólogos y los dietistas son miembros de los servicios médicos del club. «Nuestro trabajo es ayudar a los chicos cuando nos necesitan y bajarles los humos cuando están un poco endiosados. Intentamos huir del mensaje de que todo el que viene es un triunfador. Les transmitimos que hay vida después del Barça y que no todo se acaba en La Masía», desvela. La rutina diaria cambia radicalmente los fines de semana, cuando La Masía queda casi desierta. Los que pueden se van a pasar los días con sus familias y los que es- tán lejos de casa, la mayoría extranjeros, se quedan. Desde la dirección del centro se hace lo posible para que los que se han tenido que quedar no se aburran. Se montan actividades en el jardín, se van al cine o a jugar a bolos. Los más mayores tienen libertad para hacer planes por su cuenta, pero a las 23:00 tienen que estar de vuelta y firmar en la hoja de control. Cuando hay partido del Barça entre semana, la expectación en La Masía es máxima. «Montamos un buffet en el comedor para que todos puedan seguir el partido por televisión mientras cenan. Y también aplazamos las clases de refuerzo para otro día», cuenta Folguera. La amplia representación de la cantera en el equipo de Guardiola también ha despertado muchas esperanzas entre los más jóvenes. «Se dan cuenta de que es un momento histórico. Los entrenadores y muchos jugadores han pasado por La Masía. Lo miran con ilusión y muy motivados. Pero nuestro trabajo es decirles que es muy difícil llegar. Les recordamos todo lo que le ha costado a Valdés o a Iniesta llegar hasta donde están. Es un camino largo y, a pesar de lo que ha pasado este año, deben tener los pies en el suelo y seguir trabajando igual», remarca Folguera. Y es que viendo el éxito de los azulgrana, los jóvenes quieren ser como Messi, como Xavi, como Iniesta o como Bojan. Estar en La Masía es el primer paso.Traslado en septiembreDespués de treinta años, La Masía dejará de acoger a las jóvenes promesas del Barcelona la próxima temporada. En septiembre, se producirá el traslado a la Ciudad Deportiva «Joan Gamper», donde se está acabando de remodelar un edificio para acoger a los más jóvenes. De los 600 metros cuadrados de La Masía, se pasará a más de 6.000 en Sant Joan Despí. «Creo que es muy positivo. También es un reto porque pasamos de una residencia muy familiar a una mucho más grande», confiesa Folguera, que seguirá al frente en las nuevas instalaciones. La Masía seguirá siendo propiedad del Barcelona, que le dará una nueva función.