
París
Sarkozy pierde el primer asalto contra los piratas de Internet

Lo que debía haber sido una simple formalidad se tornó ayer, por sorpresa, en un seco revés al presidente francés Nicolas Sarkozy. Por 21 votos en contra y 15 a favor, los diputados galos rechazaron, contra todo pronóstico, el proyecto de ley propuesto por el Gobierno para luchar contra la «piratería» en internet. Un controvertido dispositivo que estipula una sanción gradual contra las descargas ilegales de contenidos audiovisuales y que en último término, tras varias advertencias al internauta, puede acarrear la suspensión del acceso a la Red por un periodo máximo de un año. Debía haber sido un mero trámite porque el controvertido texto fue adoptado ya por el Senado el pasado mes de octubre y por la Asamblea Nacional hace sólo una semana. Solo que esta cámara aprobó un borrador algo más dulcificado, menos represivo, lo que obliga a una comisión mixta de senadores y diputados a consensuar un texto único que ha de validar posteriormente el Parlamento. Diputados bajo presión Esa última versión, que es la que ayer repelieron los diputados - no así el Senado, que dio su visto bueno-, comportaba una serie de disposiciones introducidas a última hora y bajo presión de la Cámara Alta. Concretamente, restauraba la llamada «doble pena» por la que el usuario infractor no sólo queda privado de conexión a internet, sino que debe seguir pagando su abono. Una cláusula que había sido retirada, mediante una enmienda, del texto que votó la Asamblea la pasada semana. Este desaire tiene más de peripecia teatral que de rechazo en bloque a la voluntad del Gobierno de atajar la sangría que supone para los artistas y las sociedades de derechos de autor la «piratería» cibernética. Con su deserción - eran minoría ayer en el hemiciclo- los diputados conservadores dejaron, sobre todo, patente su malestar por el endurecimiento del texto. El resultado recabó los aplausos de la izquierda y suscitó la perplejidad del presidente del grupo UMP, el partido de Nicolas Sarkozy. Jean-François Copé reconoció una «chapuza» que bien podría valerle una severa reprimenda del Elíseo. Sin embargo, vaticinar su entierro parece algo precipitado, pese a que en las filas socialistas ven en este resultado la «derrota personal del presidente francés». La tregua que este rechazo supone para los «piratas» franceses puede ser, en realidad, una corta prórroga. El Gobierno no contempla retirar un proyecto que ha costado meses engendrar, que ha enfrentado a la ministra de Cultura, Christina Albanel, a las reticencias de su propio partido y a las andanadas de la oposición. Nueva votación El ministro de Relaciones con el Parlamento, Roger Karoutchi, confirmó que se volverá a presentar en su versión «light». Es decir, sin la «doble pena» y restaurando la «amnistía» para los internautas infractores perseguidos por la justicia anteriormente a la entrada en vigor de la futura ley. Copé anunció la fecha: el 28 de abril. En caso de que el Senado rechace esa propuesta, la última palabra la tendría la Asamblea Nacional, que previsiblemente debería dar su visto bueno a un texto que ya aprobó y que mantiene lo esencial del dispositivo. La mayoría de la industria cultural francesa respalda una ley de la que el Ejecutivo destaca el carácter disuasivo. Se trata de «modificar el comportamiento del internauta» y orientarle hacia una descarga legal de contenidos. Sólo los reincidentes empedernidos serán castigados con la desconexión de internet al cabo de un procedimiento que incluye dos avisos, por correo electrónico y carta certificada. Ese corte puede variar entre dos meses -si se aviene a un compromiso amistoso de no volver a reincidir - y un año. El Ejecutivo se había fijado objetivos ambiciosos: reducir en 80 por ciento estas prácticas fraudulentas gracias a los 10.000 correos diarios que la Alta autoridad para la difusión de obras y protección de derechos en Internet (Hadopi) debería enviar y a las 1000 sanciones por día, a partir de 2010.
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