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Barcelona

Y con el «8» Kaká

Casi 50.000 aficionados recibieron al brasileño en el Santiago Bernabéu en una presentación espectacular / «Es un orgullo y una responsabilidad», aseguró

Y con el «8» Kaká
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«Vamos, gira, dale la vuelta. Ahora mismo», decía la canción que cerró ayer el acto de presentación de Kaká en el Santiago Bernabéu. Con el brasileño, el Real Madrid definitivamente dio ayer la vuelta a su ánimo. Con cerca de 50.000 personas en el estadio, en verano, con colas para entrar, sin partido, sin sitio para aparcar y con un despliegue policial parecido a una tarde con fútbol, el club blanco recuperó su entusiasmo cuando Kaká apareció ayer vestido de blanco. «Esto parece Maracaná», le dijo Di Stéfano a Kaká en un aparte. Fue una presentación espectacular, con carteles de Zidane, Juanito y Raúl, en la que la afición entregada, vitoreó a Florentino Pérez, a Alfredo di Stéfano, que saludó con el bastón, y a Kaká como quien ve la tierra prometida. A todos les pidieron que botaran, pero no estaban por la labor. «Esto es para mi un orgullo y una responsabilidad», aseguró el nuevo futbolista del Real Madrid cuando salió al Bernabéu. «Es histórico, es una cosa inédita, es inolvidable», continuó el número 8.

El dorsal que iba a llevar era el gran secreto y el Real Madrid lo guardó hasta el final. Casi nadie acertó. «Gracias por haber elegido el Real Madrid. Bienvenido a tu casa, bienvenido al Real Madrid», dijo Florentino Pérez, mientras miraba las atestadas gradas del Santiago Bernabéu. Y vestido de corto, de un túnel de vestuarios inventado, apareció Kaká. El «8» era de Gago, pero «él quería el ‘‘5'' y Kaká el ‘‘8''. Así que por una vez, todos contentos», dijo Valdano, después ante la prensa. Había periodistas españoles, claro, y portugueses, brasileños, italianos, ingleses y japoneses. El mundo se reunió en el estadio madridista. Kaká contestaba en brasileño, ya con chaqueta y corbata, más serio que antes, cuando sobre el escenario casi dio la vuelta al campo, ante la pasión de los aficionados. «Del Real Madrid siempre tengo excelentes referencias. Por eso estoy aquí», confesó el futbolista. «Yo sabía que Florentino Pérez podría realizar todo esto. Para mi es un privilegio jugar con Cristiano Ronaldo, Casillas, Guti», continuó.

Y de acuerdo con su carácter, con su calma y tranquilidad, evitó ya cualquier enfrentamiento con la otra estrella: «Ronaldo y yo somos compatibles, no va a haber ningún problema. Somos jugadores con experiencia y entre nosotros no habrá rivalidad tampoco fuera del campo», afirmó. Tampoco quiso valorar los 65 millones de euros que el Real Madrid ha pagado al Milan por él. «Lo que valgo es el valor de mercado, no lo pongo yo». A los aficionados que le pedían cambiar la camiseta por una Biblia tampoco les importaba el precio. No vieron una presentación habitual. Todo fue diferente. Sonó el aria del acto final de la ópera Turandot de Puccini, no hubo reparto de balones, ni los habituales toques de pelota. Ni siquiera había hierba en el templo madridista. Como el Real Madrid, la están reconstruyendo.Una sonrisa permanente el primer día de blanco

Poco antes de las 8:00 apareció el brasileño Kaká por la Terminal 4 de Barajas. Sonriente, como el resto del día, sin palabras, pero «muy feliz». Acompañado por Julio Cendal y Javier García Coll fue al Hotel Suite Mirasierra. Todo muy deprisa.

A las 9:30 ya estaba en el Hospital Sanitas La Moraleja para hacerse las pruebas médicas, que pasó sin problemas. Abandona el hospital y se dirige al Santiago Bernabéu, donde llega a las 11:00. En el estadio madridista saluda a Jorge Valdano y a otros empleados del club. Florentino Pérez estuvo por la mañana en Barcelona, en el consejo de administración de Abertis, pero por la tarde volvió a Madrid para firmar el contrato del futbolista. Antes, Kaká comió en el restaurante Puerta 57 del Bernabéu. Descansó un rato y por la tarde volvió al estadio para encontrarse con el presidente del club y ser presentado a la afición madridista. Fue un día largo y Kaká, siempre sonriendo.