Ingeniería

Yoga occcidental/ por el DrBartolomé Beltrán

Bartolomé Beltrán
Bartolomé Beltránlarazon


Habrá algo más sublime y
saludable que integrar el
cuerpo, la mente y el espíritu.
Hace falta mucha educación corporal para conseguir esa armonía fundamental sólo asequible para quienes
practican el «yoga occidental»
que no es otra cosa que el
«método Pilates».
Sus principios son el
control físico (para evitar
lesiones); la precisión
(derivada del control); la
flexibilidad (ningún movimiento debe ser rígido); la fluidez
(ni muy rápido ni muy lento);
la respiración (coordinada
con los ejercicios) y el control mental (la mente es
indivisible del cuerpo).
El propio Joseph Pilates
(1880-1967), su autor,
lo definió como: «La ciencia
y arte del desarrollo
coordinado de la mente,
el cuerpo y el espíritu
a través de movimientos
naturales bajo el estricto
control de la voluntad»
para darle el nombre
científico definitivo
de «contrología».
Si unimos los pilares del
método, la mejora de
la flexibilidad, la fuerza,
la concentración,
la respiración, la postura y
 la conciencia de nuestro
propio cuerpo conseguimos que
aumente nuestra capacidad
de movimiento.
Con la edad y el sedentarismo
el cuerpo pierde libertad de movimiento, quizás en
el trabajo es una cuestión
que no se puede observar,
pero si juegas un rato con
un niño o tienes que correr
para coger una pelota
notarás que has perdido
libertad. Porque el cuerpo
no obedece a los deseos.
Estamos ante la ciencia
y el arte del desarrollo
coordinado cuerpo-mente-espíritu a través de
los movimientos
naturales bajo el control
estricto de la voluntad.
El objetivo de los
movimientos de la
«Contrología» es ejercitar
al máximo cada haz de fibras
musculares de los
800 músculos motores
voluntarios que se pueden modificar. Porque deben
obedecer al cerebro para
gozo del espíritu.