Calendario lunar

Cómo influye la Luna menguante de esta semana en tus emociones, tu casa y tu energía

La Luna entra en fase menguante esta semana, un momento energético que invita a bajar el ritmo, ordenar por dentro y por fuera, y cerrar lo que ya no queremos arrastrar al siguiente ciclo

Cómo influye la Luna menguante de esta semana en tus emociones, tu casa y tu energía
Cómo influye la Luna menguante de esta semana en tus emociones, tu casa y tu energíaUnsplash

Vivimos gran parte del año en lógica de aceleración con nuevas metas, agendas llenas, retos y objetivos. Pero la naturaleza no funciona así. Se expande, se contrae, florece, se repliega. Y la Luna es el recordatorio más visible de esos ciclos. Por eso, muchas personas vuelven a observarla, no desde lo astrológico, sino como una forma de recuperar ritmo interno y escucharse.

Al igual que hay lunas para empezar cosas (como la nueva o la creciente), también existen fases que invitan a lo contrario: detenerse, mirar lo acumulado y hacer espacio. Según la experta, Mía Astral, esta semana entramos justamente en una de ellas. "La Luna comienza a menguar y, con ella, la energía deja de estar hacia afuera para volverse más silenciosa, más introspectiva", señala.

Qué significa que la Luna esté en fase menguante

La Luna menguante es el tramo del ciclo en el que el satélite va perdiendo luz noche tras noche, después del plenilunio. A simple vista todavía puede verse grande en el cielo, pero cada día aparece “recortada” un poco más. Tradicionalmente, se ha asociado este periodo a la idea de disminuir, soltar y recoger.

"Si la Luna nueva y la creciente suelen relacionarse con inicios, lanzamientos y siembras (físicas o metafóricas), la menguante representa lo contrario: momento de evaluar lo que ya está en marcha, decidir qué se mantiene y qué conviene dejar atrás antes de empezar otro ciclo", asegura Mía Astral en una de sus publicaciones y añade que "es una fase propicia para poner orden allí donde se ha acumulado demasiado: compromisos, objetos, tareas, incluso emociones".

Cómo puede influir en tu estado de ánimo y en tu semana

Durante los días de Luna menguante no es extraño notar cierto cansancio acumulado, menos ganas de exposición social o una necesidad mayor de hogar y calma. También pueden aparecer con más claridad preguntas que normalmente se silencian: "¿Por qué sigo haciendo esto?", "¿esto encaja conmigo?", "¿qué podría dejar de cargar?".

No se trata de desánimo gratuito, sino de una especie de revisión natural del mes. Igual que la luz de la Luna se reduce, la energía hacia afuera también baja un peldaño y facilita mirar hacia dentro. Por eso muchas personas viven esta fase como una oportunidad para cerrar asuntos que se han ido posponiendo, reconocer que ciertos hábitos o dinámicas ya no funcionan, ordenar espacios físicos que generan ruido mental, descansar sin culpa cuando el cuerpo lo pide.

Qué puedes hacer estos días para aprovechar la energía menguante

En el terreno personal, la Luna menguante puede ser un buen marco para pequeños gestos de depuración:

  • Revisar compromisos: detectar citas, proyectos o actividades que se mantienen por inercia más que por deseo real y plantearse si deben seguir en la próxima etapa.
  • Cuidar el descanso: adelantar la hora de irse a dormir, reducir estímulos por la noche y evitar la sensación de “apurar el día” a toda costa.
  • Bajar el volumen mental: escribir unos minutos al día para poner por escrito preocupaciones, pendientes o decisiones atrasadas ayuda a aclarar prioridades.

En el hogar, esta fase invita a aligerar el entorno:

  • Abrir ventanas para renovar el aire, aunque sea unos minutos.
  • Elegir una zona pequeña (un cajón, una balda, la encimera del baño) y vaciarla de objetos caducados, rotos o que ya no se utilizan.
  • Mover algún elemento de sitio -una planta, una lámpara, un cuadro- para romper la sensación de estancamiento.
  • Finalizar la limpieza con un gesto simbólico, como encender una vela o un aroma suave, para marcar el cierre del día.

También es un buen momento para poner orden en pendientes administrativos: papeles por archivar, facturas, correos que necesitan respuesta desde hace semanas. No son las tareas más atractivas, pero encajan muy bien con la lógica de "cerrar capítulo" que trae esta fase.