Los campus de las universidades de Hong Kong se han convertido en trincheras de guerra, propias de épocas antiguas. Al más puro estilo de Alejandro Magno, los hongkoneses han construido catapultas de madera de bambú.

Los manifestantes, en su mayoría estudiantes que siguen atrincherados en contra de las autoridades de Pekín y del Ejecutivo de la ex colonia británica, han recurrido al ingenio y a la historia para "defenderse" de las Fuerzas de Seguridad hongkonesas. Así, muchos jóvenes hongkoneses se han vuelto expertos en armería.

Las protestas en Hong Kong comenzaron en junio en contra de la polémica Ley de extradición a China. Desde entonces, los manifestantes han utilizado todo tipo de estrategias en su lucha por hacerse oír algunas con más éxito que otras. Con todo, las manifestaciones cada vez se reducen más en convocatoria y afluencia, pero se tornan cada vez más violentas.

Campus como el de la Universidad Politécnica de Hong Kong o la Universidad China de Hong Kong son ahora fuertes, en las que tras las barricadas, los manifestantes han creado auténticas armerías para impedir a los policías que se adentren en sus "campamentos base".

Entre sus armas de defensa hay arcos con flechas, flechas de fuego, jabalinas, bombas de gasolina y catapultas construidas con madera bambú.

De acuerdo con la Policía hongkonesa, estos artefactos son "armas letales". Asimismo, la Policía de Hong Kong advirtió a los manifestantes de que serán sancionados y terminarán ante la Justicia si les capturan utilizándolas.

Según informa la agencia AP, los manifestantes justifican el uso de estas armas "para proteger los campus del gas lacrimógeno, gas pimienta y los cañones de agua que utiliza la Policía" de Hong Kong contra ellos.

El martes varias personas resultaron heridas en la Universidad China de Hong Kong durante los choques entre los antidisturbios y los manifestantes. La Policía acusó a los jóvenes atrincherados de estar poniendo en marcha una "fábrica de armas", como el centenar de bombas de gasolina que lanzaron contra los agentes.

"Se supone que una universidad debe ser el caldo de cultivo para los futuros líderes, pero se ha convertido en un campo de batalla para criminales y alborotadores", señaló a Reuters el portavoz de la Policía de Hong Kong, Tse Chun Chung.