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Francia y su difícil relación con África

París anuncia la sustitución del franco CFA impuesto a sus ex colonias tras la descolonización. Ante el sentimiento anti francés, Macron exige a los países del Sahel que aclaren si desean la presencia militar contra el yihadismo

El francés Emmanuel Macron, junto al presidente de Níger, Issoufou Mahamadou
El francés Emmanuel Macron, junto al presidente de Níger, Issoufou MahamadouSTRINGERREUTERS

Impugnando uno de los vestigios coloniales franceses más simbólicos en la región, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y su homólogo marfileño, Alasane Outtara, anunciaron el sábado durante una visita del galo a Costa de Marfil la transformación del franco de la Comunidad Financiera Africana (CFA), una divisa usada por 14 países del continente e impuesta por París en 1945.

Acuñada inicialmente como «franco de las colonias francesas de África», la moneda fue rebautizada con el nombre actual en los años sesenta tras las sucesivas declaraciones de independencia de los países que la usan, 12 de los cuales eran colonias francesas.

La reforma de la divisa conllevará el cambio de su nombre por el de ECO, la salida de Francia de los órganos de decisión en los que ha estado presente hasta ahora, y el fin de una disposición especialmente polémica que requería a estos países depositar el 50% de sus reservas en el Tesoro francés a cambio de estabilidad monetaria. La nueva moneda empezará a circular en 2020, pero aún no se ha detallado cuándo.

Pese a las reformas, la nueva ECO conservará por ahora algunos de los fundamentos sobre los que se asentaba la anterior moneda, como el de mantener su valor fijo al euro y contar con el Banco Central francés para garantizar esta convertibilidad.

Macron enmarcó la decisión de reformar el franco CFA como parte de sus esfuerzos por romper con el legado colonial de su país en la región, dado que la divisa era vista por muchos como uno de los símbolos más destacados de la herencia de la época y de lo que sobre todo los más jóvenes denuncian como el perenne orden neocolonial en la región. En este sentido, la oposición al franco CFA ha sido objeto de protestas y campañas civiles en los últimos años, que pedían la adopción de otra moneda vinculando este cambio a un esfuerzo más amplio por descolonizar las economías de la zona.

El presidente francés aprovechó la ocasión para volver a calificar el colonialismo de «error de la República», y hacer un llamamiento a abrir una nueva página en las relaciones franco-africanas, un «leitmotiv» de su campaña electoral de 2017.

Por ahora, los cambios de divisa anunciados solo afectarán a la unión de los ocho países de África Occidental que utilizan el franco CFA, todos ellos miembros de la Unión Económica y Monetaria de África Occidental (UEMAO).

Las críticas de Macron a la colonización francesa se produjeron durante una breve visita del inquilino de Elíseo a África Occidental para tratar el creciente desafío yihadista en la región, particularmente en el Sahel, y con la vista puesta en la cumbre que organizará París a mediados de enero para abordar esta cuestión. La reunión estaba inicialmente prevista para diciembre, pero fue aplazada tras un ataque del Estado Islámico en Níger a mediados de mes que dejó 71 soldados muertos. Dos semanas antes, 13 soldados franceses habían perdido la vida en una colisión en helicóptero en el norte de Mali.

«Observo que en toda la región hay movimientos y grupos de oposición que denuncian la presencia de la fuerza Barkhane y tienden a pensar que las dificultades sobre el terreno son culpa de Francia. El presidente [nigerino Mahamadou] Issoufou ha recordado en qué contexto intervino Francia: fue por demanda del Estado nigerino», subrayo Macron en Niamey. «Lo que espero es la misma claridad de los otros jefes de Estado del Sahel: una condena clara del sentimiento antifrancés. No aceptaré enviar a nuestros soldados a países donde esta demanda no se asume con claridad», recordó.

Francia cuenta con unos 4.500 militares en África Occidental y Central, donde grupos extremistas han incrementado sus operaciones este año, particularmente en la zona fronteriza entre Mali, Níger y Burkina Faso. Su presencia en la zona, sin embargo, no está exenta de fricciones, por lo que Macron pidió «claridad política» al respecto a los Gobiernos que conforman la alianza militar G-5 Sahel, que según declaró el presidente de Mali, Ibrahim Boubacar Keïta, aspiran a establecer una asociación «respetable y respetuosa» con París.