Brexit
Desconcierto económico
El «Brexit duro» puede volver a la mesa si no se cierra un acuerdo comercial en diciembre. España es un exportador neto a Reino Unido y está fuertemente expuesta al devenir de la isla
Existe una incertidumbre notable en cómo se reformarán las relaciones España-Reino Unido (UK) tras el «Brexit Day» real, el cual tendrá lugar el próximo 31 de diciembre de 2020. Tras años de tensión y demasiadas amenazas no creíbles sobre un Brexit sin acuerdo, finalmente se ha alcanzado un acuerdo satisfactorio de divorcio entre ambas partes, donde España es uno de los países más directamente afectados por el nuevo marco de relaciones. Durante este año de período transitorio, España tiene una oportunidad notable de hacer contribuciones vitales para el diseño del nuevo escenario, momento que no debería perder si quiere recuperar parte de la influencia internacional perdida.
Para establecer cuáles pueden ser los elementos que definirán la nueva relación, hay que partir de los hechos ciertos y de la realidad actual.
A día de hoy, en primer lugar, en Reino Unido viven más de 300.000 españoles concentrados en la región de Inglaterra, mientras que en España la cifra de británicos residentes supera los 400.000, repartidos fundamentalmente entre las Islas Baleares, Canarias y la Costa del Sol. En segundo lugar, la cifra de intercambios comerciales entre los dos países es suficientemente relevante para las dos economías. La posición de España frente a Reino Unido es fuertemente positiva: es exportador neto e inversor neto, con una exposición superior a la de países de nuestro entorno como Francia o Italia. En términos globales, España exporta a Reino Unido el 3,3% del PIB, mientras que las importaciones suponen el 1,9%. Por tanto, genera un superávit en la cuenta corriente de más de un punto porcentual. En la balanza de servicios, los sectores con más peso en las relaciones comerciales con Londres son el turismo (1,6% del PIB y el 20% del total de turistas extranjeros que llegan a España), servicios financieros, consultoría y telecomunicaciones.
Al mismo tiempo, en la balanza de bienes, Reino Unido es el quinto mayor socio comercial de España, destacando el sector del automóvil, los bienes de equipo y el sector agroalimentario. Por último, en la balanza financiera, Reino Unido es el principal destino de la inversión directa de España en el extranjero: un 10% del PIB. En el acumulado de enero a octubre, España exportó a UK bienes por un valor de 16.711 millones de euros, de los cuales las partidas más importantes son bienes de equipo, sector del automóvil y agroalimentario, siendo este último especialmente importante para fortalecer la «demanda cautiva» británica de productos españoles, tal como señala el último informe del Instituto Agrícola Catalán.
Pero en estos momentos y en el futuro no solamente es importante la cuestión comercial, financiera y de inversiones. Tanto o más es qué ocurrirá con la libertad de movimiento de personas, destacando cuatro cuestiones esenciales como son visados de trabajo, asistencia sanitaria, educación y pensiones. El Brexit va a afectar de una forma importante a las pensiones tanto de los españoles que han vivido en Reino Unido y han retornado a España para jubilarse (por tanto, cobran una pensión británica) como de los británicos que han venido a jubilarse a España.
El primer impacto sin duda es el de la divisa, dado que se espera una mayor depreciación de la libra (¿incluso la paridad euro-libra?) y eso hace que las pensiones denominadas en libras y gastadas en euros tengan menor poder adquisitivo. Esto afecta a una buena parte de los 250.000 británicos residentes en España que son jubilados y afectará en el futuro a los más de 140.000 españoles residentes en Reino Unido que en su mayoría retornarán para España.
En el mercado de trabajo, el efecto será a priori más limitado, dado que se mantendrán los convenios de reconocimiento de las bases de cotización y la equivalencia entre días trabajados y cotizaciones pagadas al sistema público. Otra cosa será la aportación de los trabajadores españoles a los fondos de pensiones británicos, donde el riesgo está en el impacto que tendrá el Brexit sobre las inversiones (evolución de los mercados, comportamiento de los activos...).
En suma, los costes estimados a lo largo de los últimos años siguen estando presentes. España ha podido perder entre una y dos décimas de crecimiento del PIB y ha puesto en riesgo 300.000 empleos. Además, una apreciación real del euro frente a la libra esterlina que pueda ir más allá en los próximos años seguiría restando competitividad al sector turístico.
✕
Accede a tu cuenta para comentar