Coronavirus
Cientos de bolivianos se enfrentan a la Policía en la frontera chilena para volver a su país
El Gobierno achaca al partido de Evo Morales los incidentes
Cientos de ciudadanos bolivianos se enfrentaron anoche a los militares apostados en la frontera con Chile para intentar cruzar hacia Pisiga, donde las autoridades bolivianas han instalado un campamento para que los nacionales retornados cumplan ahí la cuarentena impuesta para contener la propagación del coronavirus.
Según el diario boliviano ‘La Razón’, unas 300 personas se agolparon en el paso fronterizo de Colchane, como ya hizo la semana pasada un primer grupo con la intención de cruzar hacia Pisiga. Pero en esta ocasión, los militares se lo impidieron formando un cordón de seguridad que los bolivianos intentaron rebasar provocando un enfrentamiento en el que hubo unos primeros forcejeos e incluso llegaron a arrebatar un fusil a uno de los uniformados, que horas después fue devuelto por agentes chilenos.
Después, los bolivianos lanzaron piedras, botellas y otros objetos contundentes a los militares, que respondieron con gases lacrimógenos. Al menos una persona resultó herida, de acuerdo con ‘El Deber’.
El director de Migración Bolivia, Marcel Rivas, ha asegurado que "muchos son militantes y simpatizantes del Movimiento Al Socialismo (el partido político del ex presidente boliviano Evo Morales), con residencia en Chile, donde se encuentra su familia".
“Robar fusiles, tratar de destruir la cuarentena, esparcir enfermedad y crear pánico no es pensar diferente. Defender este tipo de atrocidades es atentar contra la salud de todos los bolivianos”, ha reprochado vía Twitter.
Rivas ha informado de que dos de las personas que intentaron cruzar la línea limítrofe por la fuerza ya han sido condenadas a tres años de cárcel en un juicio rápido. Además, ha avanzado que habrá procesos similares contra al menos otras 33.
En este contexto, el gobernador de Oruro, el departamento fronterizo de Bolivia donde se encuentra Pisiga, ha pedido al Gobierno que refuerce el control en la frontera para impedir nuevas llegadas. “No queremos que entren, seremos sinceros, porque Oruro en este momento está cumpliendo una cuarentena de manera disciplinada, estamos a 22 días, y si ingresan nos arruinaría todo el trabajo que ha hecho el departamento”, ha dicho Zenón Pizarro.
Desde el lado chileno, el alcalde de Colchane, Javier García, también ha reclamado la implicación de sus autoridades nacionales. "Tomen carta en el asunto, tomen decisiones responsables, a objeto de evitar este tipo de enfrentamientos", ha pedido.
García ha atribuido el estallido de violencia a la precaria situación de los bolivianos, entre otras cosas, por “la carencia de alimento”. “En nuestra comuna no están funcionando los almacenes, no tenemos centros de abastecimiento de primera necesidad, lo cual nos sobrepasa a la capacidad municipal”, ha explicado a ‘El Sol de Iquique’.
Interrogado sobre este asunto, el ministro de Defensa de Bolivia, Fernando López, ha reiterado que la frontera permanecerá cerrada, esgrimiendo que en el campamento de Pisiga ya no caben más retornados. "No tenemos más capacidad para recibir en esa área", ha afirmado.
Retorno escalonado
Entretanto, la ministra de Exteriores boliviana, Karen Longaric, que se ha sumado a la teoría de que "son activistas del MAS", ha informado de que el mismo martes llegó un vuelo procedente de Chile con 36 nacionales.
"El retorno al país de 36 compatriotas se está facilitando por razones humanitarias. Ellos se encontraban en Chile por tratamiento médico en diferentes hospitales", explicó, añadiendo que "pagarán el costo total" del viaje y guardarán la cuarentena.
Además, indicó que el Gobierno boliviano facilitará la repatriación de quienes estén varados en el exterior, “siempre que dichas personas puedan costear su retorno y someterse a una cuarentena obligatoria”.
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