Jair Bolsonaro
El exjuez Sergio Moro dimite como ministro de Justicia de Bolsonaro
El hombre que llevó a prisión a Lula da Silva renuncia después de que el presidente brasileño destituyera a su hombre de confianza, el jefe de Policía. El cese podría estar relacionado con una investigación a dos de los hijos del mandatario
“El apocalipsis” de cierne sobre Brasil, el país en la región donde la pandemia está causando mayores estragos, con una economía en picado y un presidente Jair Bolsonaro que minimiza los efectos del coronavirus. Además los ministros más respetados de su gabinete se alejan del líder de ultraderechas, cada vez más aislado. El último en abandonar el barco ha sido su “soldado” emblema y principal garante de su discurso anticorrupción: El ministro de Justicia y Seguridad Pública de Brasil, Sergio Moro.
El ministro de Justicia y Seguridad Pública de Brasil, renunció a su cargo ayer después de que Jair Bolsonaro destituyera al jefe de la Policía Federal (PF). Moro, el ex juez federal que encabezó la operación anticorrupción Lava Jato, defendió su labor en la lucha contra el tráfico de drogas y la corrupción.
"No tengo cómo perseverar en los compromisos que asumí, sin condiciones de trabajo, sin tener cómo preservar la autonomía de la PF" o "forzado a concordar con la interferencia política en la PF", explicó Moro en su declaración a los medios.
Según Moro, las «presiones políticas» en torno a esta decisión que forzó su salida del Gobierno pasan por investigaciones que están en curso, sobre las que no reveló detalles, pero que según diversas fuentes pueden salpicar a dos de los hijos del mandatario, el senador Flavio y el concejal de Río de Janeiro Carlos.
El ahora ex ministro de Justicia recordó que cuando Bolsonaro lo invitó a ser parte de su gobierno a finales de 2018 establecieron un compromiso en la lucha contra la corrupción y el crimen y, armó, que se le garantizó que tendría carta blanca para nombrar a todos los asesores, incluido el superintendente de la Policía Federal. Moro precisó que la administración anterior del Partido de los Trabajadores (PT), cuidó la autonomía de la PF y eso resultó clave para el avance de la operación Lava Jato.
"Es cierto que el gobierno de esa época tenía numerosos defectos, esos crímenes gigantes de corrupción, pero la autonomía de la PF era esencial para que este trabajo se llevara a cabo. Sea de buena gana, ya sea por presión de la sociedad ", indicó.
La Policía Federal, emblema de independencia
Las tensiones entre Bolsonaro y Moro se acentuaron el jueves con la determinación del mandatario de destituir al director general de la Policía Federal Maurício Valeixo, que el ahora ex ministro de Justicia designó para el cargo.
Valeixo era uno de los principales colaboradores de Moro desde la época en que el actual ministro estaba al frente, como juez de primera instancia, de la operación Lava Jato, la mayor investigación anticorrupción de la historia de Brasil. Bolsonaro ya había intentado que dimitiera en agosto pasado.
La salida de Valeixo fue publicada en el Diario Oficial a primeras horas del viernes y, según medios brasileños, tomó por sorpresa a Moro. El gobierno asegura que fue “a pedido” del jefe policial -algo desmentido posteriormente-. La PF es un organismo subordinado al ministerio de Moro. Otro punto de quiebre en la relación de Moro con Bolsonaro fue la destitución del ex ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta por la respuesta al coronavirus, contrarias a la del presidente.
De hecho Jair Bolsonaro se encontró “acorralado” en una tensa reunión del gabinete a principios de abril que convocó en la residencia oficial del presidente brasileño para resolver la disputa con Mandetta, quien se opuso públicamente a su posición de reducir las restricciones de cuarentena para los 210 millones de habitantes de Brasil.
Con Mandetta firme en su postura, aun los colaboradores más cercanos de Bolsonaro no apoyaron su plan de relajar las reglas del coronavirus para mantener la economía en marcha, según dos fuentes presentes en la reunión que afirmaron que ministros de alto rango, incluido Sergio Moro, se pusieron del lado del titular de Salud en el imperativo de reforzar el distanciamiento social.
Además la crisis política provocó preocupación en los mercados. La Bolsa de Sao Paulo cayó el jueves 1,26%. El dólar, que el miércoles se cotizaba a 5,45 reales, se negociaba el viernes por la mañana a 5,59.
“Una tormenta perfecta” que el propio Bolsonaro está acrecentando, quizás de manera interesada para forjar su perfil autoritario y amarrar al 30% de su electorado. Y es que si bien las clases altas le están abandonando paradójicamente las clases populares, necesitadas por volver al trabajo, han empezado a seguir su causa.
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