Coronavirus

Coronavirus

Bolsonaro fulmina a su ministro de Salud por rebatirle sobre el Covid-19

Mandetta es un médico militar que gozaba de gran popularidad y del apoyo de la cúpula castrense

Brasil pasa de 1.700 muertos y 28.000 casos con tensiones en el área de Salud
El hasta hoy ministro de Salud de Brasil, Luiz Henrique MandettaJoedson AlvesEFE

El presidente Jair Bolsonaro ha expuesto a millones de brasileños ante la pandemia con políticas irresponsables. El último “chivo expiatorio” ha sido el único ministro del Gabinete que parecía tener noción de la magnitud del problema. Pero discutir al “Cesar” tiene sus consecuencias.

El diputado Luiz Henrique Mandetta anunció que fue destituido del cargo de ministro de Sanidad de Brasil por Bolsonaro, a quien intentó convencer sin éxito de la gravedad de la pandemia de Covid-19.

“Acabo de oír del presidente Jair Bolsonaro el aviso de mi dimisión del Ministerio de Salud. Quiero agradecer la oportunidad que me fue dada”, confirmó le propio Mandetta después de reunirse con el mandatario.

La destitución de Mandetta, un firme promotor de las cuarentenas obligatorias adoptadas por muchos gobiernos regionales para impedir el avance del coronavirus, sigue a un agravamiento de su relación con Bolsonaro, quien ha minimizado los efectos de la pandemia y sostenido que el país “no puede parar”, pues el “pueblo precisa trabajar”.

La salida de Mandetta ha sido decidida en momentos considerados críticos y con la enfermedad de coronavirus en plena expansión en el país, donde hasta ahora se han registrado más de 1.700 fallecidos y cerca de 30.000 casos y se espera que el pico se alcance en cuestión de unos treinta días. Se trata del país de América Latina más afectado.

Por su parte Mandetta, médico de 55 años, ha ganado una enorme popularidad gracias a la firmeza de sus posiciones frente al coronavirus, cuya gravedad no escondió de los brasileños, pese a la crítica constante de Bolsonaro, quien en los últimos días ya ni siquiera lo recibía.

En un sondeo difundido la semana pasada por la firma Datafolha, la gestión de la crisis del coronavirus hecha por Mandetta tenía la aprobación del 76% de los brasileños. Por el contrario, apenas un 33% de las personas encuestadas dijo apoyar las posiciones de Bolsonaro frente a la crisis.

Según fuentes políticas, el mandatario entró en una suerte de «guerra de egos» con Mandetta, sobre quien llegó a decir en forma pública que el cargo se le había «subido a la cabeza» y que, como ministro de su Gobierno, debía ser «más humilde» y «escuchar más lo que dice el presidente».

También afirmó, en clara referencia a Mandetta, que «algunos» de sus ministros se habían convertido en «estrellas» y que «hablaban hasta por los codos». Declaraciones de ese tenor tuvieron al ahora exministro contra la pared durante las últimas semanas, pero a pesar a las presiones, Mandetta siempre dijo que no tenía previsto renunciar.

«Un médico nunca abandona a un paciente», declaró el pasado fin de semana, aunque subrayó, como en otras ocasiones, que el cargo de un ministro «le pertenece al Presidente», que es quien decide sobre la continuidad o no de sus colaboradores.

El presidente brasileño ha llamado a los ciudadanos a seguir trabajando, se ha declarado como un ferviente “negacionista” de la cuarentena como solución, y a minimizado los efectos del virus al que se refiere como un “simple resfriado”. A los que critican su posición los califica como antipatrias.

Este jueves Bolsonaro decidió nombrar como nuevo ministro de Salud al oncólogo Nelson Teich.