Irán

Una fragata iraní hunde por error uno de sus barcos con 19 marines

La mala gestión del virus y el derribo de un avión comercial en enero han socavado aún más la popularidad de unos ayatolas aislados

At least 19 killed in friendly fire during naval exercise in Iran
El barco iraní Konarak, atracada en un puerto sin identificar, y que fue atacado por error con un misil de una fragata iraní en el Golfo de OmánIRANIAN ARMY HANDOUTEFE

En menos de cinco meses, la Guardia Revolucionaria iraní ha tenido dos «errores de cálculo» que han resultado fatídicos con la muerte de inocentes. En enero el Gobierno iraní se echó las manos a la cabeza, después de que un misil se equivocara de objetivo, confundiendo un Airbus comercial con un cazabombardero enemigo, un incidente que le costó la vida a las 176 personas a bordo. Ahora, un misil lanzado desde una fragata iraní impactó en otra naviera iraní, matando a 19 marines e hiriendo a otros 15.

Se trató de una maniobra militar naval en el Estrecho de Ormuz, en aguas del puerto de Jask, cerca del golfo de Oman. Según la versión de la Guardia Revolucionaria, el destructor Jamaran estaba probando un nuevo tipo de misil antibuque y el Konarak, que se encargaba de poner los objetivos en el agua para que otros barcos les dispararan, «no creó la suficiente distancia al desplazar la diana» y el misil impactó contra él. Las primeras informaciones apuntaron a que el misil hundió al Konarak, pero después la Armada lo desmintió y dijo que los heridos y el resto de tripulación estaban a salvo.

En un comunicado, la Guardia señaló que estaban llevando a cabo investigaciones sobre la causa del incidente, y detalló que el buque siniestrado, de fabricación holandesa y equipado con cuatro misiles de crucero, fue adquirido antes de la revolución islámica de Irán de 1979 y había sido revisado en 2018.

Si bien las maniobras navales iraníes son comunes en el estrecho de Ormuz, por donde pasa la quinta parte del petróleo mundial, en el último año las aguas del Golfo Pérsico han andado revueltas después de una serie de sabotajes a barcos petroleros internacionales, lo que ha llevado a la V flota de los Estados Unidos, que tiene base en Bahrein, a intensificar sus faenas de vigilancia en la zona, una actividad que el régimen iraní cuestiona y tilda de maniobras sospechosas.

El error «imperdonable» por el derribo del Boeing 737 de Ukraine International avivó la ira de los iraníes que salieron a protestar masivamente en enero. Ahora, la muerte de 19 marines iraníes tampoco quedará silenciada ya que la población iraní es como una olla exprés que, en realidad, ya ha explotado varias veces. El fatídico incidente se suma a una serie de desavenencias y malas gestiones por parte del Gobierno de Hasan Rohani que en el último año ha sido errático. La paciencia de los iraníes está llegando al límite al ver como su Gobierno esconde cientos de casos de coronavirus para no alarmar más a la población, mientras intenta gestionar la crisis económica por la carga de las sanciones de Estados Unidos y pierde al segundo hombre más fuerte del país, el general Qasim Suleimani.

Como en un ejercicio de funambulista, el presidente Rohani camina en una cuerda floja y sin red. Su superviviencia se ha visto aún más mermada en los últimos meses con la gestión de la pandemia del Covid-19 que ha resultado un desastre ya que las medidas de prevención llegaron demasiado tarde.

En medio del embrollo que tiene montado el Gobierno iraní espera un gesto solidario de su acérrimo enemigo Estados Unidos, con un nuevo intercambio de prisioneros. Así lo anunció este domingo el portavoz del Gobierno iraní, Alí Rabieí, disipando los rumores de los últimos días sobre el posible canje de detenidos de ambos países, enemigos acérrimos. El primer gesto de acercamiento entre Teherán y Washington tuvo lugar en diciembre con un simbólico intercambio de presos. Sin embargo, no ha habido respuesta aún de Washington sobre este nuevo anuncio.