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Operación policial en Dijon tras una ola de violencia que ha conmocionado a Francia

Un ajuste de cuentas entre bandas chechenas ha convertido la ciudad en un escenario de guerra con coches incendiados y hombre armados con Kalashnikov

Un coche incendiado en la ciudad francesa de Dijon el pasado lunes
Un coche incendiado en la ciudad francesa de Dijon el pasado luneslarazonAP

La Policía francesa llevaba a cabo este viernes una redada sorpresa en Dijon después de varias noches consecutivas de disturbios por un presunto ajuste de cuentas protagonizado por miembros de la comunidad chechena en esta ciudad del este francés. Unos 140 gendarmes continuaban esta noche registrando varios apartamentos del complicado barrio de Grésilles en Dijon. Según el prefecto de la policía local, Bernard Schmeltz, los agentes buscan “armas, municiones y estupefacientes”.

Dijon, una ciudad mundialmente conocida por su legendaria mostaza más que por sus tensiones interétnicas, ha sido escenario de cuatro noches consecutivas de disturbios y escenas que han conmocionado a Francia y han derivado durante esta semana en un intenso debate sobre la seguridad después de que el ministro del Interior, Christophe Castaner, calificara de escenas propias del “salvaje oeste” lo allí visto, que incluye coches incendiados, individuos armados con hachas e incluso fusiles Kalashnikov.

Según la Policía, los incidentes tendrían como origen una agresión este mes a un joven checheno de 16 años, que provocó que otros miembros de la comunidad realizaran redadas de represalia en busca de venganza. Miembros de la comunidad chechena habrían viajado a Dijon desde toda Francia e incluso desde países vecinos como Bélgica y Alemania. Los enfrentamientos se han centrado en ese barrio popular de Grésilles, que tiene una gran comunidad de personas originarias del Magreb.

Hasta el momento, se ha detenido a cinco personas relacionadas con esta espiral de violencia, la última el pasado jueves. Se trata de cinco miembros de la comunidad chechena detenidos en diferentes ciudades por su implicación en los disturbios. El fiscal de Dijon, Eric Mathais, informó en un comunicado el jueves que esos cinco arrestos están destinados a “verificar” los primeros datos que surgen de la investigación que él mismo ha abierto para aclarar las infracciones cometidas e identificar a los autores. Los delitos contemplados en esa investigación son, entre otros, los de tentativa de asesinato en banda organizada, violencia agravada, asociación de malhechores y pertenencia a un grupo armado.

El alcalde socialista de Dijon, François Rebsamen, ya había criticado el fin de semana pasado lo que consideraba un despliegue policial “insuficiente”. “Como la justicia llega demasiado tarde y la Policía no tiene los medios, la comunidad chechena decidió aplicar su propia ley”, dijo el alcalde al canal BFMTV.

Más leña como era de esperar acabó metiendo la ultraderechista Marine Le Pen. “¡Nuestro país se está hundiendo en el caos! Pandillas están librando una guerra étnica con armas automáticas en sus manos”, significó a principios de semana Le Pen.