Unión Europea
La UE no se pone de acuerdo en los países a los que vetar
Los Veintisiete tienen hasta las 18:00 horas de hoy para decidir si dan por bueno el último borrador de la lista de países terceros a los que abrir la frontera exterior. EE UU, Brasil y Rusia continúan en el punto de mira
El diablo está en los detalles. Aunque las fronteras exteriores europeas dejarán de estar blindadas a cal y canto el próximo día 1 de julio, los Veintisiete extreman la prudencia y sólo permitirán la entrada de nacionales de terceros países de territorios considerados seguros por su bajo número de contagios, lo que a priori excluye de la lista a países como EE UU, Rusia, Brasil y la mayoría de Iberoamérica.
Aunque según las fuentes consultadas este principio de garantizar la salud por encima de todo no es puesto en cuestión por las capitales, ayer los embajadores de los Veintisiete volvieron a enzarzarse en un larga discusión debido a la necesidad de acotar todos los parámetros: desde la tasa de incidencia por 100.000 habitantes, la fiabilidad de los datos o las medidas tomadas para contener el virus en estos países -incluida la capacidad de rastreo o el número de test- o la tendencia al alza o la baja en el avance de la pandemia.
Los Veintisiete tienen hasta las 18:00 horas de este sábado para decidir si dan por bueno el último borrador de la lista de países terceros a los que abrir la frontera exterior de la UE ya el próximo miércoles, 1 de julio; un listado basado en criterios epidemiológicos y que incluye a China, Marruecos y Australia, pero deja fuera a Estados Unidos, Brasil y Rusia por no haber podido contener aún la propagación del coronavirus.
Cierre inédito
Las fronteras exteriores europeas han estado blindadas desde el pasado 16 de marzo, en un movimiento inédito que ni siquiera se produjo tras los atentados del 11 de septiembre. Durante este tiempo, tan sólo han tenido permitida la entrada en territorio comunitario a los viajeros comunitarios atrapados en países terceros que querían volver a casa y los ciudadanos considerados esenciales para luchar contra la pandemia como diplomáticos, médicos e investigadores.
Ahora Bruselas quiere relajar también estos criterios con el objetivo de que los nacionales de países que continúen vetados puedan entrar en territorio europeo en ciertas circunstancias especiales como realizar sus estudios o ante una oferta laboral, si se demuestra que ese trabajo no puede realizarse desde el lugar de origen.
Hace dos semanas, el ejecutivo comunitario propuso a los Estados miembros la puesta en marcha de esta lista común basada en criterios objetivos como la situación epidemiológica, la respuesta de las autoridades públicas a la pandemia o la reciprocidad a la hora de permitir la entrada en sus territorios a los ciudadanos comunitarios.
Criterios sanitarios y no políticos
Bruselas pretende que la apertura de las fronteras exteriores no obedezca a criterios políticos ni económicos sino meramente relativos a la salud pública, en aras de evitar cualquier resbalón diplomático. Aunque excluir a EE UU e incluir a China -con un menor nivel de contagio- puede suponer una decisión delicada, Washington fue el primero en vetar la entrada de los ciudadanos europeos de manera unilateral y sin haberlo consultado previamente con sus socios europeos, por lo que Estados Unidos tampoco cumple el principio de reciprocidad.
Aunque la decisión de clausurar o no las fronteras es una competencia nacional, si un solo país decide abrir sus bordes exteriores esto acaba influyendo en todo el bloque comunitario, ya que desde el pasado 15 de junio la práctica totalidad de los países europeos ha suprimido los controles fronterizos y la relativa normalidad ha vuelto al espacio sin fronteras Schengen. España decidió abrir sus fronteras con el resto del club comunitario hace una semana y hará lo mismo con Portugal el próximo 1 de julio, justo cuando el país ha visto aumentar el número de casos en las últimas semanas.
La UE se ve envuelta en la paradoja de abrir sus fronteras al mundo justo el en momento en el que el territorio comunitario ha dejado de ser el epicentro de la pandemia y los contagios se han frenado a excepción de Suecia. En la mayoría de los países europeos, se registran menso de 20 casos por cada 100.00 habitantes, exceptuando Suecia algunas regiones específicas.
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