Afganistán

¿Y mi nombre? Cuando no aparece ni en tu tumba

Tras años de luchas, las mujeres afganas logran que el nombre materno aparezca en el carnet de identidad

Daily life in Afghanistan
Niños afganos juegan a las afueras de KabulHEDAYATULLAH AMIDAgencia EFE

A veces, lo normal, o aquello que estamos acostumbrados a ver como normal, en otros lugares supone una gran victoria. Algo tan sencillo como que en el DNI aparezca el nombre del padre y de la madre. Tras años de luchas y una campaña muy activa en redes sociales (#WhereIsMyName?, #Dóndeestáminombre?) , las mujeres afganas han logrado a principios de este mes un pasito hacia la igualdad: El Gobierno ha aprobado que se incluya el nombre materno en el carnet de identidad.

Es simbólico y tiene mucha más importancia de la que puede parecer. Por el momento en el que ocurre, delicado especialmente para las mujeres, en plenas negociaciones de Gobierno sobre un acuerdo de poder compartido con los talibanes. Y por el pasado no muy lejano, en los años 90, en el que precisamente los talibanes gobernaban el país y confinaron a las mujeres en sus hogares, despojándolas de derechos básicos como la educación y el empleo remunerado.

Las afganas han avanzado mucho en apenas dos décadas, millones de niñas van al colegio y acceden a la universidad y desempeñan puestos en el Gobierno. Pero la misoginia es muy persistente, está bien incrustada en la sociedad. El radicalismo religioso tiene mucho poder.

Que el nombre de la madre figure en el documento que te identifica en un país en el que está asociado a la vergüenza ha costado muchos años de lucha. Aún hay muchas viudas, en este país castigado por las guerras, que siguen batallando para que se les reconozca la custodia legal de sus hijos o para que les permita realizar transacciones comerciales en su propio nombre sin la presencia de un hombre

El nombre de la mujer ha sido tan ignorado durante años que no se escribían ni en las invitaciones de sus bodas ni en sus tumbas, solo los de sus familiares varones.

No todo está hecho, pero supone una gran victoria. Un reconocimiento a una identidad independiente de la de los hombres de su familia.