Desapariciones

La lucha de “egos” que impide resolver la desaparición de Madeleine McCann

Las autoridades portuguesas y alemanas compiten entre sí para ganar puntos en lugar de trabajar en equipo

Madeleine McCann y el sospechoso de su desaparición, Christian Brueckner
Madeleine McCann y el sospechoso de su desaparición, Christian BruecknerBildLa Razón/Diario Bild

La familia de Madeleine McCann lleva 13 años esperando respuestas. Quieren saber qué ocurrió aquella noche de mayo de 2007 en los apartamentos de Praia da Luz, quieren saber si su hija está muerta o por lo contrario vive con otra familia en algún lugar del mundo. Pero lo que necesitan es cerrar un capítulo que parece no acabar nunca.

Los últimos meses están siendo especialmente complicados para Kate y Gerry McCann. Desde que la fiscalía alemana anunciara la apertura de una investigación y señalara a un sospechoso principal, Christian Brueckner, un violador, pedófilo y experto ladrón de casas era el responsable del secuestro y la muerte de su hija. El pasado mes de junio, cuando se produjo el anuncio, el caso estaba resuelto al 90 por ciento. Sin embargo, en todo este tiempo no se ha logrado ningún avance. Es más, las líneas de investigación acaban en puntos muertos y el caso sigue sin resolverse.

Desde un primer momento, las autoridades alemanas han criticado y despreciado el trabajo realizado por la Policía Judiciaria portuguesa, a la que acusa de no haber sabido armar el caso, investigar a fondo a los sospechosos y de cometer graves errores que han evitado la resolución del caso.

Las relaciones de los equipos portugueses, ingleses y alemanes nunca fueron del todo buenas, pero tenía un objetivo común. Y eso les llevó hace unas semanas a reunirse en Lisboa para poner en común todos sus avances, hipótesis y posibles líneas de trabajo. Pero el resultado no pudo ser peor. Quedó confirmado que el caso alemán está construido sobre humo, sin cimientos estables que puedan servir para sostener una acusación en firme. Los investigadores portugueses esperaban que sus colegas alemanes pudieran hacer aportaciones que sirvieran a todos los equipos para sus nuevas pesquisas. Pero no fue así, por lo que los responsables lusos del caso comenzaron a bromear en privado ya burlarse del trabajo de la fiscalía alemana.

Los oficiales portugueses descartaron a Brueckner hace años. Según revela “The Sun”, una fuente del caso dijo que "en un mundo ideal, estarían trabajando juntos para tratar de encontrar a Maddie, que es lo único que importa. Pero en realidad, el caso se ha convertido en una competencia de vanidad en la que cada lado intenta sumar puntos. Si los alemanes probaran que Brueckner se llevó a Maddie, sería un duro golpe para la investigación portuguesa y es por eso que los oficiales en el Algarve han tratado de restar importancia a los vínculos entre el alemán y la menor británica”.

La respuesta alemana a estas burlas no se ha hecho esperar y se ha comprometido a luchar “con uñas y dientes” para condenar a Brueckner. Fuentes del caso revelaron al diario británico que las autoridades germanas “saben que deben descubrir nuevas pruebas rápidamente, pero están convencidos de que lo harán y lucharán con uñas y dientes para asegurarse de llegar a la verdad”.

Y para ello cuentan con un cheque en blanco del gobierno bávaro. “No hay un presupuesto fijo para este caso”, dijo a "The Sun· el fiscal Christian Wolters, responsable de la investigación.

Esa situación es distinta a la de Reino Unido, que ha destinado ya más de 12 millones de euros a la investigación y que cada seis meses el Ministerio del Interiordebe autorizar o no la ampliación del presupuesto.

Desde que Wolters revelara el nombre de Brueckner se intensificaron las búsquedas en Alemania y Portugal. Las autoridades lusas han buscado a Madeleine en pozos y en alguna zona con agua cercana al lugar de la desaparición. Las alemanas, por su parte, han interrogado a posibles sospechosos, han rastreado los pasos de Brueckner durante los meses y años anteriores a la desaparición de Maddie. También han buscado nuevas pistas en varias casas en las que el pedófilo convicto estuvo alojado en Alemania. De hecho, una de ellas tenía construido un zulo bajo el suelo. Pero todos los resultados fueron negativos.

En realidad, las autoridades alemanas pensaban que lograrían encontrar nuevas evidencias y se lanzaron a anunciar el nombre de Brueckner para ver si alguien lo recordaba y podía ofrecer nuevos datos.Pero en realidad, lo único que sostiene una posible acusación es la declaración de un testigo. Nada más.

Las únicas evidencias logradas a raíz de esa acusación fueron la declaración de una ex novia que dijo que el día antes de la desaparición de la menor británica le confesó que tenía que hacer algo importante que le obligaría a estar un tiempo desaparecido. Además, el posicionamiento de su teléfono móvil lo sitúa a la hora de la desaparición de Maddie cerca de los apartamentos.Durante los instantes previos, mantuvo una conversación de media hora con una persona a la que han identificado pero que no han podido localizar.