EE UU
Un bombero y mujer violaron a su hija de siete años para “enseñarle a tener un bebé” y luego cerraron sus heridas con un kit de costura y sin anestesia. Esta fue la terrible confesión de la niña a los agentes el pasado 12 de noviembre.
Una llamada a emergencias alertó de que en casa de Apopka (Florida) de Argelio Pupo, de 32 años, y Morgan Keene, de 27, ocurría algo. Una patrulla decidió acudir al aviso. Cuando llegaron, encontraron a la niña escondida debajo de una mesa, angustiada y sin parar de llorar. Uno de los agentes logró calmarla y ganarse su confianza. Cuando se tranquilizó, la menor hizo la desgarradora confesión: sus padres la obligaban a mantener relaciones sexuales en contra de su voluntad. “Estaban tratando de enseñarme cómo tener un bebé”, dijo.
El informe de 7 páginas relata la verdadera pesadilla vivida por la menor. Los abusos de Pupo se produjeron delante de Keene. La niña sangraba y decía que le dolía, pero les daba igual porque los abusos no cesaron. La madre, en lugar de evitar la violación, colaboró. Ayudó a limpiar la sangre, consoló a la menor tras el brutal abuso y le dijo que se duchara y que se acostara.
Pero la tortura a la niña no acabó ahí. Al día siguiente, a pesar de estar dolorida, su madre la llevó al supermercado y compró un kit de costura. Al llegar a casa, procedieron a coserle las heridas, sin preocuparse por el sufrimiento de la menor, sin anestesia de ningún tipo a pesar de tratarse de una zona extremadamente sensible y terriblemente dañada después de los abusos del día anterior.
Esta información fue obtenida por los agentes de un mensaje de texto que Keene envió a uno de sus contactos y aclaraba que el responsable de haber cosido “las heridas sangrientas” de la niña fue Pupo.
Ahora, los agentes tratan de saber si el abuso fue puntual no continuado en el tiempo. Sólo saben que pudo ocurrir entre el 1 de mayo y el 12 de noviembre. Ambos sospechosos fueron ingresados en la cárcel del condado de Orange el 13 de noviembre.
Keene negó las acusaciones de la Policía y dijo que nunca había presenciado ningún tipo de abuso sobre la niña. Además, declaró que estaba embarazada de casi dos semanas y que Pupo abusaba de ella física y mentalmente y que quería que se fuera de casa. Así, relató que el pasado mes de octubre Pupo la golpeó con una bolsa de hielos tras una discusión por las redes sociales. Como consecuencia de ello, tuvo un ojo amoratado y una pérdida parcial de la visión.
Además, denunció que el 4 de noviembre le pegó una patada en las costillas después de descubrir que estaba embarazada. Además, le golpeó en el estómago con una de las muletas que utiliza para caminar tras sufrir una lesión en el pie que le obliga a usar además una bota ortopédica.