Desorden global

Los países que están en guerra en 2020

Irak, Yemen, Siria y Afganistán son escenario de largos y sangrientos conflictos

Imagen de la guerra de Afganistán
Imagen de la guerra de Afganistánlarazon

El año 2020 va a acabar con las mismas guerras con las que empezó enero. Junto a los conflictos de baja intensidad como el de Ucrania, existen seis escenarios en los que se libran cruentas batallas desde hace años, conflictos en los que las grandes potencias tienen mucho que decir y en los que a menudo juegan un papel determinante entre bambalinas.

Yemen

“La peor crisis humanitaria del mundo”. Así definió el director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos, David Beasley, la situación en Yemen tras visitar el país. Este país lleva en guerra desde 2014 y se ha convertido en una de las peores crisis humanitarias del planeta, hasta el punto de que la ONU ha alertado de que podría ser la peor hambruna de los últimos 100 años en el mundo. El conflicto tiene sus raíces en la Primavera Árabe de 2011, cuando un levantamiento forzó al presidente autoritario del país, Ali Abdullah Saleh, a dejar el poder, un hecho que aprovecharon los rebeldes chiítas conocidos como los hutíes. Este grupo armado tomó el control de la capital, Saná, en 2014, provocando un despliegue internacional en la búsqueda de restaurar el orden yemení. Arabia Saudí y otras naciones árabes bombardearon las zonas controladas por los hutíes sin tener éxito alguno. Hoy es escenario de un conflicto donde se enfrentan tras el telón los poderes de Arabia Saudí e Irán.

Irak

En esta guerra se enfrentan grupos armados y las fuerzas gubernamentales en un conflicto que encadena otras guerras que llevan azotando al país desde hace treinta años. Los conflictos sectarios y los actos de terrorismo que surgieron después de la invasión de EE UU provocaron la muerte de decenas de miles de civiles y el surgimiento del grupo terrorista Estado Islámico. En los últimos tiempos, Irak ha quedado país atrapado en un conflicto regional que enfrenta a Estados Unidos con Irán, lo que le ha convertido en un escenario del choque de intereses económicos y de seguridad de Washington y Teherán. Todo ello ha provocado que Irak haya sufrido más de un millón de desplazados en los últimos años.

Siria

Comenzó en 2011, en pleno estallido de la Primavera Árabe, con las ansias de una parte del pueblo sirio queriendo derrocar al presidente Bachar al Asad. Se ha convertido ya en el conflicto armado más antiguo de la región y ha generado una de las crisis de refugiados más graves desde la II Guerra Mundial. Actualmente, hasta 6,1 millones de personas están desplazadas de sus hogares. Un año después del estallido, los enfrentamientos ya habían llegado hasta la capital Damasco y la segunda ciudad del país, Alepo. En la contienda se enfrentan los llamados grupos de oposición, tanto combatientes rebeldes moderados como grupos islamistas y yihadistas, contra las fuerzas del régimen, sostenidas por Rusia e Irán. Asad recuperó casi la totalidad del territorio, pero aún siguen los combates en algunas zonas: “Mientras algunos territorios del país sigan estando ocupados por los terroristas que perpetran crímenes y asesinatos, [la guerra] no está terminada, y creo que sus patrocinadores pretenden que la guerra vaya para largo”, dijo el mandatario. La solución del conflicto tiene dos alternativas: la de Ginebra, bajo los auspicios de la ONU, y la de Astaná (antiguo nombre de la capital kazaja, hoy Nursultán), copatrocinada por Rusia, Turquía e Irán.

Sudán del Sur

Desde su independencia en 2011, Sudán del Sur ha vivido más años en guerra que en paz. Al conflicto armado que comenzó en 2013 hay que sumarle un subdesarrollo económico crónico que ha llevado a millones de personas a la miseria. Muchos justifican las raíces del conflicto en Sudán del Sur por razones “étnicas”, pero otros analistas sostienen que se debe a causas políticas y económicas. La milicia, Ejército de Liberación del Pueblo de Sudán, que buscaba la independencia, ahora persigue el poder del estado y el territorio. Actualmente hay 4,2 millones de desplazados forzosos de Sudán del Sur que son desplazados internos, refugiados y solicitantes de asilo.

Somalia

Somalia lleva en guerra interna desde los años 90 del siglo pasado. Considerado en muchas ocasiones como ejemplo de estado fallido, la mayor parte del país está fuera de control del Gobierno central, que en los últimos años ha logrado recuperar su influencia en el sur del país tras una ofensiva apoyada por la Unión Africana. El tráfico de armas, la piratería en las costas del país, las intensas sequías, las hambrunas, el desplazamiento forzado de los habitantes y los ataques de grupos terroristas como Al Shabab hacen que el país no pueda superar el conflicto, en el que EEUU también tiene un papel. El presidente Donald Trump ha pedido al Pentágono que elabore planes para la retirada de las tropas estadounidenses de Somalia.

Afganistán

Otro país azotado por las guerras y la violencia política desde hace décadas, convertido en foco de inestabilidad en Asia tras la salida de las tropas soviéticas en 1989 y nuevamente golpeado a partir de 2001, cuando EEUU lideró una coalición para derrocar a los talibanes semanas después de los atentados del 11 de septiembre diseñados por Al Qaeda, que estaba basado en Afganistán. El país vive sumido en luchas insurgentes desde entonces, con más de 5,1 millones de desplazados forzosos. La feroz resistencia talibán y las limitaciones de las fuerzas y del gobierno afganos han hecho que la guerra se extienda aún más. La paulatina retirada de tropas estadounidenses del país en los últimos años no ha hecho más que aumentar la inestabilidad.