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10 muertos

Un segundo tiroteo consecutivo en EE UU eleva la presión sobre el control de armas

El asaltante identificado como Ahmad Al Aliwi Alissa, de 21 años, portaba un fusil de asalto AR-15 y fue detenido por la Policía

El goteo de tiroteos mantiene su ritmo habitual en Estados Unidos. El último tuvo lugar en el centro comercial King Soopers de Boulder, en Colorado, donde un tirador de 21 años asesinó a diez personas, de entre 20 y 65 años de edad. Entre los muertos figuraba el agente Eric Talley, de 51 años, el primer oficial de policía en personarse en lugar.

El oficial Eric TalleylarazonAP

El asesino, identificado como Ahmad Al Aliwi Alissa, de 21 años, portaba un fusil de asalto AR-15 y abrió fuego cerca de las 14:30 del lunes. El Denver Post afirmó poco después que Alissa, que resultó herido y fue detenido por la Policía, y será acusado de asesinato en primer grado. También informó que según la oficina local del FBI el asesino tiene antecedentes por la agresión a un compañero de instituto en 2017.

Una de las mujeres que estaba dentro del supermercado durante el tiroteo es abrazada por sus familiaresALYSON MCCLARAN

El control de armas

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha rechazado especular con los posibles motivos del asesino. «Como presidente usaré todos los resortes a mi disposición para lograr que la gente esté segura», dijo. Crece la presión para lograr sacar adelante algún tipo de reforma en las cámaras legislativas.

Biden insistió en que «resulta factible prohibir las armas de asalto y los cargadores de alta capacidad en este país» y que, cuando menos, «el Senado de los Estados Unidos debería aprobar de inmediato los dos proyectos de ley de la Cámara que eliminan las lagunas en el sistema de verificación de antecedentes».

Estas muertes se superponen a las ocho de la pasada semana, cuando un asesino abrió fuego en tres prostíbulos de Georgia. Seis de las víctimas eran mujeres asiáticas. La matanza vino a añadirse al clima de violencia y agresiones que la comunidad asiático americana sufre en Estados Unidos desde el comienzo de la pandemia.

Respecto a las carnicerías masivas por arma de fuego, con no menos de cuatro víctimas mortales, la web The Violence Project tiene documentados decenas. Sólo desde 2015 cabe citar la matanza del instituto de Parkland, en 2018, cuando un asesino de 19 años asesinó a 17 personas; la masacre de la sinagoga de Pittsburgh; ese mismo año, con 11 víctimas mortales a cargo de un supremacista y antisemita; los 9 asesinados del bar Ned Peppers de Dayton; los 22 muertos en El Paso, acribillados por un racista; la masacre de Odessa, en Texas, en 2019, con 7 asesinatos; los 14 asesinados en un atentado yihadista en San Bernardino en 2015; los 50 de otra carnicería yihadista, la de una discoteca gay de Orlando, en 2016; los 59 asesinados en 2017 por un tirador agazadado tras las ventanas del hotel Mandalay Bay de Las Vegas…

En total 365 muertos en 33 tiroteos con un mínimo de cuatro víctimas mortales. Si añadimos todos los muertos por arma de fuego y nos circunscribimos a 2021 salen, cortesía del Gun Violence Archive, 9.539 muertos por arma de fuego, 15.208 en 2019, cuando 692 menores de 11 años heridos o muertos por arma de fuego, y 3.068 adolescentes, entre 12 y 17 años. Las cifras de muertos por arma de fuego oscilan entre los 13.537 de 2015 y los 15.670 de 2017.

«Jill y yo estamos devastados», comentó el presidente Biden durante su comparecencia ante la prensa, que tuvo palabras de consuelo para las familias de los asesinados. «No puedo imaginar cómo se sienten las familias de unas víctimas cuyo futuro les ha sido robado», dijo. «Odio decirlo», añadió, «porque lo decimos demasiado a menudo: mi corazón se encoge, nuestro corazón está con los supervivientes que tuvieron que escapar para salvar sus vidas y que se escondieron, aterrorizados, sin saber si volverían a ver a sus familias o a sus amigos de nuevo”.

La ex congresista por Arizona Gabrielle Giffords, que sobrevivió a un intento de asesinato en 2011, ha exigido en un comunicado que los líderes nacionales tomen de una vez medidas para intentar prevenir este tipo de sucesos. «Sobreviví a un tiroteo en una tienda», dijo, «Han pasado 10 años, e innumerables comunidades estadounidenses han tenido que enfrentar algo similar. Imposible no recordar también la masacre del cine en Aurora, Colorado, en 2012, cuando otro perturbado, vestido de paramilitar y armado con varios subfusiles y pistolas, abrió fuego sobre los espectadores de una proyección nocturna de El caballero oscuro. Mató a 12 personas e hirió a otras 70.

Tras más de un año -que ha coincidido con el de la pandemia- sin grandes tiroteos en Estados Unidos, el de Boulder es el segundo en apenas seis días tras los ataques a locales de masajes asiáticos de la semana pasada en Atlanta, que dejaron ocho muertos. El de Boulder dejó diez y se convirtió en el mayor tiroteo masivo en Estados Unidos des de agosto de 2019, cuando un hombre armado mató a 23 personas en un Walmart en El Paso (Texas).

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