Pandemia

Bruselas mantiene la prudencia ante la decisión del TC alemán

La Comisión Europea confía en que en el segundo semestre del año comiencen a desembolsarse los fondos del plan de recuperación

Los presidentes de la Comisión, Ursula von der Leyen, y el Consejo, Charles Michel, tras la última cumbre telemática de los Veintisiete
Los presidentes de la Comisión, Ursula von der Leyen, y el Consejo, Charles Michel, tras la última cumbre telemática de los VeintisieteDPA vía Europa Press

Por el momento, en la capital comunitaria reina la prudencia tras la decisión del Tribunal Constitucional sobre el fondo de recuperación europeo. Es difícil vaticinar si nos encontramos ante un mero contratiempo de unas semanas o ante un serio revés a la recuperación económica europea, a la hora hacer frente a la estragos ocasionados por la pandemia, justo cuando los países europeos comienzan a dictar nuevas restricciones para frenar el incremento de los contagios.

En Bruselas, no es la primera vez que los fallos del tribunal de las togas rojas de Karlsruhe causan más de un sobresalto. El alto tribunal alemán ya se pronunció en el año 2012 sobre el fondo de rescate europeo (MEDE) en un veredicto que llegó tan solo en unas semanas e incluso llegó a desafiar una sentencia del Tribunal de Justicia de la UE al pronunciarse en contra de la compra de deuda por parte del Banco Central Europeo. Aunque este fallo no llegó a tener consecuencias prácticas, desencadenó toda una tormenta política, ya que alentaba la desobediencia de los dictados del alto tribunal europeo y abría la caja de pandora para países como Polonia y Hungría.

En todo caso, los planes de Bruselas consistían en que el proceso de ratificación de todos los Estados miembros se hubiera completado con el suficiente tiempo de antelación para que el dinero pueda comenzar a fluir a partir de la segunda mitad del año. Los países europeos disponen hasta el 30 de abril como plazo máximo para enviar sus planes de inversiones y reformas, que deben recibir el visto bueno de las autoridades comunitarias. Aunque el Gobierno español está en permanente contacto con la Comisión Europea y ha enviado ya los puntos maestros de la propuesta, aún se desconoce cuándo remitirá a la Comisión Europea el documento definitivo, ya que aún quedan algunos flecos pendientes.

Bruselas no oculta su preocupación por los retrasos de algunos países. Las acusaciones son mutuas porque algunas capitales se han quejado en las últimas semanas de que el Ejecutivo comunitario no les ha orientado con suficiente tiempo sobre los requisitos de estos planes y les pide un gran grado de talle a la hora de poder verificar el cumplimiento de los diferentes hitos.

No es la primera vez que el plan de recuperación europeo se enfrenta a posibles retrasos. Polonia y Hungría bloquearon su aprobación en el mes de diciembre debido a la introducción de un mecanismo para supeditar el desembolso de los fondos al cumplimiento sobre el Estado de Derecho.