Covid-19
Solo un tercio de los alemanes está satisfecho con la gestión de Merkel
Alemania entra en la Semana Santa sin haber controlado la tercera ola. La gestión de la canciller, en el punto de mira de los alemanes: solo un tercio está satisfecho con Merkel
Consciente de lo que significa para Alemania una segunda Pascua bajo el signo de la pandemia, Angela Merkel prometió ayer que este mes se darán “grandes pasos” en la campaña de vacunación contra la covid-19 y aseguró que los cambios en la programación de la de AstraZeneca no alterarán esos progresos. En un mensaje de vídeo publicado en la página web del Gobierno alemán, la canciller instó asimismo a los ciudadanos a respetar todas las restricciones referentes a los contactos sociales y rechazar cualquier viaje que no resulte imprescindible.
“Esta fase de la pandemia, que nuevamente es realmente compleja, es diferente a lo que comenzó hace un año” aseguró Merkel y añadió que ahora hay posibilidades para detectar los contagios -vía PCR o los tests rápidos-, además de la vacuna, “factor clave en la lucha contra la pandemia”.
No obstante, y a pesar del mensaje cargado de optimismo, una clara mayoría de los alemanes está insatisfecho con el trabajo del gobierno federal y abogaría por un cierre más estricto, como pide la comunidad científica. Según un estudio realizado por la televisión pública germana, solo un tercio de los ciudadanos está satisfechos con la gestión auspiciada por la canciller. Un valor que marca una tendencia totalmente contraria a la de hace un año y que, según el estudio, se apoya principalmente en las medidas de confinamiento y principalmente en la lentitud con la que está discurriendo la campaña de vacunación. A este respecto, el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, recibió este jueves la primera dosis de la vacuna de AstraZeneca, dos días después que las autoridades recomendaran el uso de este controvertido inyectable solo para mayores de 60 años.
Incluso la canciller, de 66 años, dijo que estaría encantada de inmunizarse con esta vacuna lo que, no obstante, no ha sido suficiente para borrar las suspicacias de la ciudadanía ante esta marca.
Asimismo, Angela Merkel insistió en su recomendación encarecida de no viajar durante estas festividades, salvo por motivos esenciales. El martes entró en vigor la nueva normativa, según la cual se pide test obligatorio -sea pcr o antígenos- a todo viajero que ingrese por vía aérea en el país.
Más drástico ha sido el Gobierno de Berlín que ayer decretó prohibir las reuniones nocturnas a partir del viernes y optó por reducir el número de niños que acudan a las guarderías a partir de la próxima semana para intentar detener la tercera ola. Este será el primer toque de queda de carácter limitado que impone Berlín desde que comenzó la pandemia.
Con el aumento de las temperaturas en los últimos días, los berlineses han acudido en masa a los espacios públicos para organizar picnics y fiestas, lo que ha aumentado la preocupación de que el coronavirus pueda extenderse entre los más jóvenes, tras la reapertura gradual de los colegios el mes pasado. Merkel y los líderes regionales acordaron a principios de mes prolongar las restricciones actuales hasta el 18 de abril. Entonces contemplaban aún algún alivio o reapertura de comercios no esenciales bajo estrictas medidas, ahí donde la incidencia semanal no superase los 100 casos por 100.000 habitantes.
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