Desescalada británica
La variante india empaña el «día de los abrazos» en Inglaterra
Aumenta la presión sobre el primer ministro, Boris Johnson, para que frene la desescalada por el avance de la cepa asiática
Reino Unido fue uno de los últimos países europeos en imponer el confinamiento al inicio de la pandemia. Sin embargo, el «premier» Boris Johnson aprendió la lección y ahora, a pesar de la exitosa campaña de vacunación, va con pies de plomo a la hora de retirar las restricciones sociales. En definitiva, el líder «tory» no quiere que Reino Unido se convierta en el próximo Chile, donde, pese a liderar la vacunación en América Latina, se tuvo que volver a confinar por el nuevo incremento de casos. Por lo tanto, quiere ir relajando las restricciones muy poco a poco. Y no descarta cambiar su hoja de ruta si fuera necesario ante los desafíos que plantea ahora la nueva variante india, que se propaga aún más rápido que la variante británica. Los casos de la denominada B.1.617.2 se han más que duplicado en una semana, pasando de 520 a 1.313, según Public Health England. De hecho, el organismo, aconseja que se reduzca de 12 a 8 semanas el periodo para inocular la segunda dosis de la vacuna.
La comunidad científica insiste a Johnson en que coteje el avance de la variante asiática en su plan de desescalada. Ayer, Mark Walport, ex asesor científico jefe y miembro del panel asesor para emergencias del Gobierno, SAGE, advirtió que la pandemia se encuentra en un «momento peligroso». «Haré cosas al aire libre en la medida de lo posible», indicó. Lo cierto es que el ministro de Sanidad, Matt Hancock, informó ayer de que el 14 de junio el Gobierno tomará una decisión sobre si, como estaba planeado, se pondrá fin a todas las restricciones el 21 de junio.
En cualquier caso, hoy entra en vigor lo que la prensa británica ha bautizado como «el día de los abrazos». Por primera vez desde el tercer confinamiento impuesto en Inglaterra en enero, los ingleses podrán abrazar a los suyos, ya que se permitirán las reuniones en el interior de las casas de grupos de hasta seis personas o dos núcleos familiares distintos. Asimismo, se podrán reabrir los interiores de pubs y restaurantes (en abril solo se permitieron la terrazas) y de nuevo se podrá disfrutar de teatros y cines, aunque guardando aún distancia de seguridad. Escocia, Irlanda del Norte y Gales tienen sus propias competencias.
Primeros viajes al extranjero
Por otra parte, estarán permitidos por primera vez este año los viajes por ocio al extranjero, aunque bajo un estricto sistema semáforo que ha dividido a los destinos en tres franjas. Solo 12 países -entre los que no se encuentra España- han sido elegidos para la lista verde, lo que exime a los pasajeros de tener que hacer cuarentena a su regreso a suelo británico, aunque el sistema se revisará cada tres semanas.
En Reino Unido, más del 66% de la población adulta ha recibido la primera dosis (comparado con el 36% en España) y el 35% cuenta ya con los dos pinchazos. Los contagios llevaban semanas a la baja. Sin embargo, la variante india del coronavirus ha vuelto a poner ahora en jaque al Gobierno.
Todavía existe un debate sobre cuán transmisible es la nueva variante, aunque los estudios preliminares estiman que se contagia incluso más rápidamente que la cepa británica. En este sentido, el modelo de la Universidad de Warwick considera que si el país presenta una variante entre un 30% -40% más transmisible combinada con la relajación de restricciones sociales mayo y junio se pondrían registrar en las próximas semanas más ingresos hospitalarios incluso que en la primera ola.
Por el momento, las zonas más afectadas con la nueva variante son las de Bolton, Blackburn, Bedford y el sur de Northamptonshire. Para hacer frente a la situación, las autoridades barajan comenzar a vacunar en estas áreas a los mayores de 18 años con problemas de salud. También acortará el periodo de espera entre la primera y segunda dosis de la vacunas para los mayores de 50 y más vulnerables. Hasta ahora, en lugar de tres semanas, el Reino Unido está alargando el margen a las 12 semanas porque la estrategia pasa por tener a cuanta más gente mejor protegida al menos con el primer pinchazo.
En este sentido, el Gobierno no descarta retrasar la entrada en vigor de la última fase del desconfinamiento, prevista en principio para el 21 de junio, cuando ya no habría ningún tipo de restricción social, pero sí podría exigirse el “pasaporte covid” para la entrada a eventos masivos, como encuentros deportivos o conciertos. Tampoco se descartan imponer confinamientos locales en las zonas más afectadas.
Johnson insiste en que la pandemia no ha terminado y recalca que “hará todo lo que esté en sus manos”. “No descartamos ninguna medida si así nos lo recomiendan los expertos”, matiza.
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