Cien años

Pompa y propaganda para celebrar la “China Roja”

El centenario del Partido Comunista se convierte en un gran acto de exaltación nacional

Un policía chino vigila los últimos preparativos para el acto que se celebra hoy en la plaza de Tiananmen para conmemorar los cien años del Partido Comunista
Un policía chino vigila los últimos preparativos para el acto que se celebra hoy en la plaza de Tiananmen para conmemorar los cien años del Partido ComunistaAndy WongAgencia AP

En taxis, museos, escaparates y calles. Estos días, el Partido Comunista Chino (PCCh) es omnipresente. Más, si cabe. El emblema de la hoz y el martillo se encuentra por todos lados, y el rojo y el amarillo visten las ciudades. Exposiciones, series de televisión o películas. Monedas, camisetas e instalaciones florales. Todo parece poco para conmemorar el centenario de la fundación de una formación política que se equipara al Estado. Hasta la música nacional se ha volcado con la celebración y un total de cien raperos chinos han creado una canción para loar con sus versos los logros y virtudes del PCCh. Titulada 100%, la letra pone el acento en el orgullo patrio de los jóvenes que la cantan.

«De la pobreza extrema a brillar, no me arrepiento de haber nacido en China, nuevos trenes de alta velocidad, nuevos puertos, nuevas miradas y una nueva historia, vamos China, rejuvenezcamos la gran nación», reza la canción. En otro verso, otro cantante elogia el creciente poder del gigante asiático. «[No tenemos] miedo de ser comparados con otros, ya hemos tomado la delantera, tenemos dinero en el banco... corremos hacia el mundo para mantenernos en la cima».

95 millones de militantes

Poco tienen que ver estos jóvenes con los que hace ahora cien años se reunieron en un edificio de la concesión francesa de Shanghái sin saber que de su unión acabaría germinando uno de los partidos políticos más poderosos y multitudinarios de la historia. De manera clandestina a bordo de un barco turístico, celebraron el congreso fundacional de la formación comunista, que contaba por aquel entonces con medio centenar de miembros. Hoy, llega a los 95 millones. Su secreto: adaptarse a los tiempos, su gran aparato de seguridad e impregnar todos los ámbitos y estamentos de la sociedad.

Bajo su batuta, China ha dejado de ser una nación pobre y dividida para convertirse en una gran potencia que hace frente a Estados Unidos. En concreto, Pekín presume de ser la segunda economía del mundo y esa es precisamente la idea que el país quiere transmitir hoy a sus ciudadanos y al exterior. Poner de manifiesto que sin su gestión la China de hoy sería diferente, lo que legitima al partido a seguir al frente del país. Una formación que se ha servido de las conocidas como células para llegar a toda la población. Estos grupos hacen de mediadores en disputas vecinales, informan al público de las decisiones tomadas y, sobre todo, promueven con sus acciones la ideología del Partido. Entre los actos de hoy, el presidente Xi Jinping dará un discurso en el que destacará el papel del PCCh a la hora de mantener la estabilidad en el país y en la historia de China dejando al margen aquellos episodios, como el Gran Salto Adelante o la Masacre de Tiananmen, que el país pretende borrar de la memoria colectiva. Con su alocución, Xi también reafirmará su papel como líder indiscutible de la nación y el partido, y pondrá el acento en el futuro.

Desde los tiempos de Mao, el presidente Xi es el mandatario que más poder ha acumulado. Además, está llamado a renovar su mandato y se espera que hable de los objetivos del país. Para 2035, China aspira a convertirse en una economía de ingresos medios per cápita; y para 2049, año de la fundación del país, se aspira a que se haya consolidado como una superpotencia económica y política líder en innovación y autosuficiente en sus cadenas de suministro.

Sin embargo, el camino para lograrlo no está exento de dificultades y deberán sortear el creciente envejecimiento de la población, las presiones extranjeras –por su actuación en Hong Kong o Xinjiang– o la desigualdad social. De puertas para afuera, también tendrán que lidiar con Estados Unidos, con quien la tensión es cada vez mayor y algunos analistas apuntan a que podría desembocar en enfrentamientos regionales, especialmente en aguas del Pacífico o del mar de Chinal sur de China. El presidente Joe Biden ha identificado al gigante asiático como la principal amenaza geoestratégica. Pekín rivaliza con Washington para alcanzar la hegemonía global.

Con estos frentes abiertos en el horizonte, el Partido Comunista Chino deberá mostrarse fuerte y continuar aglutinando el nacionalismo local como ha hecho durante estos largos años. Mientras, muchos de sus nacionales tratarán de hacerse un hueco en las filas de una organización que representa alrededor del 6,6% de la población china. No lo tendrán fácil, puesto que los requisitos cada vez son más estrictos con el fin de aumentar la calidad de sus líderes y seguir por la senda de la competitividad frente a otras potencias. Los que lo consigan, deberán «mantener firmemente en el corazón la lealtad y el amor por el partido y la gente, convertir eso en acción y dedicarlo todo, incluso su preciosa vida, al partido y al pueblo», tal y como dijo Xi. Garantizar la prosperidad es vital para su superviviencia.